“Ay de aquel que escandalizare a uno de estos pequeñuelos, mas le valiera atarse al cuello una piedra de molino…” Así dijo Nuestro Señor Jesucristo, éstas y otras verdades las llevamos, los cristianos, dentro de nuestros corazones. Tengo un amiguito, llamado Bruno Morales, que dentro de unos días cumplirá tres años y entre anémonas y petunias lo veo a diario; no quiere en modo alguno asistir a la guardería y yo le doy la razón con mi silencio. Es muy guapo. Junto a él una primita delicada y bella cual muñeca de porcelana; ambos se besan sin ningún pudor. Benditos sean. “Y atrás quedaron las prisas, las zozobras cotidianas. ¡Qué gran fortuna es tener… cerca un rincón encantado!”
Eduardo Cantos es moreno, ojos pícaros; con sólo siete años sabe captar las simpatías dondequiera que se halle. John Michael con doce años es un hombrecito en ciernes, pelo crespo y habla correctamente el español. Asier Silvestre Torres, de siete años, es rubio y se expresa con un desparpajo increíble. Mario López, también de siete años, es guapo y habla bien. Marina, con año y medio, es el encanto mayor de sus abuelos. Claudia Requena Mingorance, siete años, gracia, salero y buena disposición. Martina y Paulina, dos almas de amor y paz. Con pena dejo a mis niños entre flores entre las que destacan las petunias. Karmen Romero “Sácame del arenal…”
Montoro debería dedicarse a arar la tierra.”Canta y labra, labrador. Wert bate todos los records, como si careciera de sustancia gris, al menos en su quehacer como ministro de Educación. Estropea con su presencia y desafortunadas declaraciones todo lo que toca. Los que pensamos -pocos por cierto- creemos que es ave de paso. Sigue el desencanto de muchos que se deslumbraron con el repetido y cansado Rajoy. El director del Ente Público carece de ideas para tan importante labor; debería irse voluntariamente ante la posibilidad de que lo echen por incompetente.
Cualquier día mi mujer y yo –mando a distancia en mano- buscamos algo para matar el tedio y siempre encontramos fútbol, comentarios de entrenadores, mujeres patéticamente eufóricas cuando su equipo marca… Siempre he sido transigente respetando a todos y todas por lo que me disculpo ante los muchos aficionados a este deporte. Los octogenarios no podemos ver una película. El comienzo de las mismas coincide con la somnolencia y tras los primeros minutos, cogidos de la mano como entonces, buscamos la cama. Cuantos periodistas y comentaristas se sientan, o nos sentamos -de noche unos otros de día- buscando la musa. Hay muchas féminas en la profesión que dan el callo. El indolente soy yo. Telecinco está repleta de gentes -siempre con mucho respeto- que se meten en berenjenales que a mi me hacen bostezar. Carlos Hernández Almansa tiene categoría cultural y discreción para evitar que nadie le haga sombra. Me comentó como fue la sesión inaugural de la tertulia. Gran afluencia aunque yo prefiero poco y bueno.
Pilar Pérez Martínez : “En la casa duerme un niño / en su cama almidonada / El padre mira al camino / la madre canturreaba”
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