Arte en la copa

Arte en la copa

José Luis Masegosa
22:47 • 04 nov. 2012

Veni, vidi, vici. Eso es lo que ha hecho en el panorama vitivinicola almeriense, Carlos Fernández, el creador y fundador de la Bodega Lauricius de Abrucena, que ha obtenido la Medalla de Bronce en la modalidad de Tintos en Madera para vinos de dos años, de los prestigiosos premios del décimo octavo Concurso Nacional de Vinos, Premios Mezquita de Córdoba, organizado por la asociación Aula del Vino, junto a la Primera Muestra de Vinos de España. Acaso la cita más concurrida y de mayor prestigio en el ámbito vitivinicola, avalada oficialmente por el Ministerio de Agricultura, a la que han concurrido 370 bodegas de todo el país para que sus vinos sean valorados por los mejores y más exigentes catadores españoles. No es de extrañar, por lo tanto, que el alma de la Bodega Lauricius haya reconocido durante el acto de entrega del galardón, en los Reales Alcázares de los Reyes Católicos, el orgullo que ha sentido por esta concesión, ya que el certamen es el más exigente del país, como así hizo constar el presidente del Aula de vino de Córdoba. 


Reconocimiento


Quien la sigue, la consigue. Y este amante del vino de Abrucena no ha tardado en ser reconocido en el difícil y complejo mundo de la Enología. Con un planteamiento sencillo, pero riguroso y exquisito, el regente de Bodegas Lauricius, ha sabido imprimir a sus vinos la calidad resultante de una acertada y precisa combinación de sabores, aromas y colores, entre otras cualidades ,de este exquisito tinto, mimado  durante un año en barrica de roble bajo la madre tierra de un rincón privilegiado de nuestra geografía. El vino distinguido, un tinto de 2010, ha sido elaborado artesanalmente por Carlos Fernández con una justa mezcla de las variedades Cabernet Sauvignon, Tempranillo, y un toque preciso de Garnacha. Una mezcolanza macerada con el punto personal de la experiencia que atesora este atrevido bodeguero almeriense que se entrega a la noble tarea vitivinícola con pasión y con amor, tal vez las claves del éxito de este creador del vino que desde 1984 se empeña en obtener las mejores y exquisitas cosechas para los paladares más exigentes. Antes de este galardón, los vinos de Lauricius, nacidos al amparo del Pago de la Totovía, en esa inmensa llanura que se mira cada mañana en el espejo de la Sierra, han superado con éxitos y reconocimientos reválidas y pruebas en el ámbito provincial.




Inquieto, aventurero y valiente, el fundador de Lauricius avala ya futuros éxitos en otras variedades. No olvidemos sus próximos blancos, a punto de embotellar, que a buen seguro van a causar una grata sorpresa a los amantes de esta bebida, que Carlos Fernández  transforma en algo más que vino, como ha sentenciado  Luis Cañadas, el artista indaliano autor de la señorita que etiqueta las botellas de Lauricius: “No es vino, es arte en la copa”. 






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