Tiempo de solidaridad

Almería, igual que el resto de España, se prepara para celebrar la Navidad en un contexto social marcado por la crisis, la preocupación de muchas familias y la sensación de incertidumbre de muchas personas que se encuentran atravesando dificultades y estrecheces. Son unos días marcados tradicionalmente por un incremento del consumo, e incluso por apelaciones directas al consumismo sin límite o tasa. 

Sin embargo, creo que el cierre de este complicado año nos ofrece una buena oportunidad para recordar que aunque nos encontremos inmersos en unos momentos de especial dificultad en lo económico, no debemos dejar de fomentar y proyectar los valores que nos hablan del esfuerzo, de la constancia y la solidaridad, porque estoy convencido de que esas son las claves que nos permitirán ganar el futuro. Si hay algo positivo en esta situación generalizada de cambio de ciclo o modelo económico es que podemos percibir, cada vez con más claridad, que no debemos permanecer al margen de las dificultades de los demás. 

Creo que ha llegado la hora de asumir que a todos nos toca ser solidarios con los demás y participar y favorecer iniciativas destinadas a la ayuda de las personas que en estos momentos se encuentran en una situación menos favorecida. Iniciativas como la recogida de alimentos que ha llevado a cabo estos días el Banco de Alimentos en Almería o el Rastrillo solidario de la asociación Nuevo Futuro nos brindan la posibilidad de tomar parte en ese esfuerzo colectivo de ayuda y colaboración con los que menos tienen. 

Creo que es bueno reconocer el esfuerzo de quienes, como los voluntarios de todas las edades que forman parte de estas asociaciones, dedican tiempo y esfuerzo a ayudar a los demás. Es positivo hacer visible su labor, subrayarla para que sea referencia y ejemplo. Les invito a que, del modo que puedan, colaboren en estas o en cualquier otra propuesta capaz de convertir la generosidad en ayuda tangible para quienes más necesitan de los demás. La solidaridad es un valor propio de una sociedad sana y de una sociedad viva de la que merece la pena formar parte. Una sociedad en la que no sólo queremos estar sino que, además, queremos ser. Mi felicitación y reconocimiento a todas las personas implicadas y comprometidas en la ayuda a los demás, porque su ejemplo y su testimonio suponen para todos los almerienses un estímulo capaz de abrir los horizontes más sombríos y despejar todas las dudas acerca de la verdadera fortaleza de nuestra sociedad.