Les importamos un pito

En la técnica periodística es demasiado sabido        que lo que aparece en portada es la parte esencial del mensaje. De ahí el esmero con que son escogidos los titulares y especialmente la foto del día. Ayer “El País” recogía una instantánea del fotógrafo Alvaro García en la que daba cuenta de cómo pasaban el tiempo dos diputados del PP a la hora en que el Parlamento regional de Madrid aprobaba el plan de gestión privada de la sanidad. Se puede estar de acuerdo o no con los médicos que llevan un mes de movilizaciones. Se puede defender incluso que el aplazamiento en las intervenciones quirúrgicas y demás trastornos graves de la huelga son perniciosos para la población. Pero ver a este par de bigardos que viven de nuestros impuestos jugando a lo “apalabrados” en la Asamblea y dando la impresión de que les importa un pito la marcha de la comunidad es para nota. Yo, defensor a ultranza de  la política para el gobierno democrático, tengo a veces la tentación de pensar que esta gente de los partidos vive como el abejorro en  su cañuto. Han conseguido un escaño, son ya profesionales del toma y daca, pues hala, en algo tienen que entretenerse, el sueldo está asegurado y lo que importa es estar bien con quien les puso en las listas. En cierto modo es el reflejo cuantitativo del sistema, pues la democracia, como dijo Borges, es una aritmética, pero  estando el país como está, y creciendo como crece  la desafección  del ciudadano hacia el político, ¿no tienen otra cosa que hacer que perder el tiempo con sus móviles?  Como dice una carta al lector:  “Me pregunto: si no les importan nuestras necesidades más básicas, ¿qué les importa? Políticos ¿dónde estáis? ¿ Para qué estáis? ¿Y para quién? ¿Hay alguien ahí?”