Recetas del pasado

Ahora nos apuntamos, según los políticos, a que las recetas del pasado ya no sirven. Hay que modernizarlas. No sé si vamos a conseguir mejorar las lentejas con un cambio en la receta. A mí me siguen gustando como las hacía mi madre. No digo que algún especialista en fogones no sea capaz de dar un toque distinto a las acelgas esparragás, pero que no echen las campanas al vuelo. Un potaje de hinojos como dios manda, no necesita que me lo retoquen. Un huevo frito solo precisa de un Castillo de Tabernas, un buen pan del amigo Paco de 13-2-13 para mojar y una copa de Amura tinto. Y si le pones al lado papas fritas, que sean de Antonio, de la Isleta del Moro. A mí que me dejen con las viejas recetas de siempre. Ya no valen las del pasado pregona el presidente Griñán. ¿A qué pasado se refiere querido presidente? ¿Al de Felipe, José Mari, Zapatero, Borbolla, Chaves? ¿Las de Rajoy son pasadas, presentes o futuras? Los ciudadanos no podemos imponer recetas, pero usted, si quiere, si le apetece y le parece oportuno sí puede hacerlo. La junta lleva treinta años tomando decisiones, inventando recetas. Supongo que lo que nos quiere decir es que las mismas no han servido para nada, que ya no valen y que hay que cambiarlas. Pues nada, a ello, presidente. El pueblo almeriense espera su nuevo estilo de gobernar y de hacer grande  a ésta y al resto de las provincias del sur penínsular, no muy bien valoradas por cierto en foros nacionales e internacionales, ¿quizás por culpa de esas recetas del pasado y que usted nos acaba de anunciar que ya no valen? Todo es posible, y más si es usted el que lo reconoce. Pues a ello, presidente.