Presidente Griñán y la desafección

Decía Griñán en Almería que no les quieren, y lo están notando en sus carnes. Las protestas se multiplican contra ellos, sean de derechas o de izquierdas y lo notan en sus carnes. Les acosan, les han perdido el miedo, les gritan y les insultan. ¿Y por qué? Ellos ya han encontrado la solución: “Por incumplimiento de programa”. Y se quedan tan tranquilos. Si sólo fuera por eso, hace veinte años que les estaría tirando piedras por las carreteras de Andalucía. No, presidente. La gente, de lo que se ha dado cuenta, es que mientras ellos están perdiendo puestos de trabajo, pisos y derechos, ustedes, los políticos, siguen con sus cuchipandas y privilegios. Por no decir con sus eres, sus choriceos y demás gracias. Por cierto, me ha traído mi sobrina Encarni unos “chorizos al vino” de Berja, que están para chuparse los dedos. Si hay chorizos buenos, normalmente los que están colgados lo son, pero no es el caso que nos ocupa, estos los políticos están colgados pero de nuestros impuestos y no los sueltan ni regados con alcohol y pasados por el infierno. La desafección no viene por los programas; no los leemos, para qué, si sabemos que no los van a cumplir. Ahí tiene usted al actual Rajoy, pero si quiere hablamos de usted o de Chaves y todas sus promesas de campaña a lo largo de más de treinta años. Es cierto que los más jóvenes no saben lo que es un represor de verdad, de los duros, ni lo deberían saber nunca, pero que tampoco conozcan a ese “pequeño o blando represor” que todos llevamos dentro y que ustedes, los políticos, sacan de vez en cuando. No se es más o menos ladrón por la cantidad de dinero que se robe, no cree.