Vendemantas

Tres años después de anunciar la “próxima inauguración” del proyecto en un animado cóctel del que algunos no quisimos participar, al entender que la bacalá ya nos la acababan de servir, el consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, ha anunciado que las obras de la  presunta Escuela Pública de Golf en El Toyo, (el campo golf que la Junta dice que quiere hacer al lado del que ya tiene allí el Ayuntamiento) se iniciarán en octubre. Seguro que sí. No contento con ello, el multiplicador de visitantes durante la Extreme Sailing Series, participó poco después en una rueda de prensa junto al presidente Griñán para anunciar un sedicente “Pacto por la Cultura” que articula, entre otras ocurrencias, que ir al cine, al teatro o comprar libros en Andalucía, desgrave a Hacienda. Del horario y del estado de la Alcazaba no hablamos. Por cierto que el plan se presentó el mismo día en que se publicaba ese decreto bético-caribeño de expropiación inmobiliaria de bancos (de momento nada más que bancos) patrocinado por la acosadora consejera Elena Cortés, la misma que no tiene regomello ético en cobrar por aprobar desahucios en su puesto como consejera de una caja de ahorros. La noticia coincide en el tiempo con un nuevo derrumbe en la A-92, esa autovía vertebradora de Andalucía que llegó a Almería, con grandes celebraciones por parte de la Junta, con diez años de retraso. Pero todo este emocionante conjunto de promesas, iniciativas y gestos no nos debe hacer olvidar que, por ejemplo, los almerienses llevamos esperando desde 2005 a que los señores de la Junta se decidan a rehabilitar el Ayuntamiento de nuestra capital, cuyo escombro y cochambre ha de cubrirse con una lona para evitar bochornos propios y ajenos. Esa lona no nos debe ocultar el recuerdo de otros proyectos estupendos que también fueron anunciados en su día por la Junta con gran alarde de fanfarria progresista, como las vacaciones pagadas para las amas de casa andaluzas, el acceso gratuito a Internet, la cama única en los hospitales andaluces, los ascensores en todas las viviendas, etcétera. De verdad, ¿queda alguien que les crea?