Con verdadero entusiasmo celebro la información que me remite la Asociación de Amigos del ferrocarril “El Labradorcico”, de Águilas, que capitanea Miguel Losilla. A bombo y platillo, cuentan, se ha dado la bienvenida en la estación aguileña al Intercity que cubrió, hace unas semanas, el recorrido inaugural de la rehabilitada línea Lorca-Aguilas, en la vecina provincia de Murcia, tras los desperfectos sufridos como consecuencia de las inundaciones del último otoño. La llegada del convoy fue todo un acontecimiento al que se sumaron numerosas representaciones de algunos responsables públicos de la Comunidad murciana, directivos de Renfe y de Adif, así como una destacada “embajada” de cargos públicos almerienses del Levante.
En otro escenario vecino, en Guadix, años ha unido con las estaciones del Levante por medio de la línea de Almendricos, celebraron la pasada semana el veinticinco aniversario del rodaje de una de las obras maestras de Steven Spielberg, “Indiana Jones y la última Cruzada”. A la conmemoración de la cinematográfica efeméride se sumaron fans y aficionados almerienses de la saga de Indiana, que no quisieron perder la oportunidad de recordar las sesiones de rodaje de aquellos primeros días de junio de 1988.
Durante todo un fin de semana Indiana Jones y su padre Henry, encarnados en dos actores profesionales, rememoraron algunas de las secuencias más conocidas de la película. Sin embargo, muchos de los asistentes vieron frustradas sus expectativas al no poder contemplar la locomotora Baldwin 140-2054, una reliquia de Renfe que dejó inolvidables escenas de ensueño en los limítrofes llanos de La Calahorra, en “Doctor Zhivago”, en la propia cinta de Indiana Jones y en diferentes westerns que albergaron escenarios almerienses y granadinos.
Los otros indios y la Baldwin
La Baldwin es una de las últimas locomotoras que aún funciona con carbón. Se construyó en 1928, en Bilbao, y prestó servicio hasta mediados de los años cincuenta del pasado siglo. Después quedó como atrezzo para el cine. En 1995 participó en la celebración del centenario de la vía Almeria-Guadix-Linares. El Ayuntamiento accitano desembolsó casi noventa millones de pesetas para la restauración del viejo “caballo de hierro”, que fue prestado a Cataluña y después a Madrid, donde ha tirado del “Tren de la Fresa”, entre la capital y Aranjuez. Propiedad de la Compañía General de Ferrocarriles Turísticos, la Baldwin no ha podido regresar a Andalucía.
Dicen que el desmantelamiento del corto tramo de vías entre la estación accitana y el hangar en el que se guardó ha sido la excusa para impedir al retorno de la locomotora a sus platós naturales de Almería y Granada. Esta vez no ha sido asaltada por los indios de las películas del Oeste, sino por otros indios.
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