¡Galasa se lava las manos! Es imperdonable que tengamos que enterarnos por la prensa, con cruces de acusaciones incluidos, que el agua de once Municipios del Levante almeriense no es apta para consumo: ni para beber ni para cocinar. No se puede informar a la población a través de los medios de comunicación, hay que hacerlo por los canales oficiales: SINAC (Sistema de Información de Aguas de Consumo), como obliga el Real Decreto 140/2003.
Galasa decidió suministrar a sus clientes del Levante agua del pantano de Cuevas, conociendo, que tras la riada del 28 de Septiembre llamada de “San Wenceslao”, se habían embalsado miles de cadáveres de cabras y ovejas. La contaminación microbiológica era predecible. Galasa dice que el agua en el pantano quedó en mal estado tras las lluvias, y no es potable.
La información que llega es confusa. No han notificado a la autoridad competente, por lo que no se cumple la legislación a la que aluden en prensa, porque todos los análisis oficiales deben ser notificados en el SINAC. SINAC es donde encontramos la información disponible para todos los ciudadanos de todas las aguas de consumo nacionales.
Hay que pedir explicaciones, acerca del porqué no se cumple la legislación en torno a informar a la población e introducir en el SINAC los datos de los análisis. Si accedemos a la web de la SINAC por el acceso al ciudadano, se observa a fecha del 13 de Junio del 2013, que en los pueblos afectados no se ha informado del THM (Trihalometanos), tan solo se aprecia que hay altos contenidos de sulfatos, que son de origen geológico, y que no presentan excesivo riesgo para la salud (aunque éstos dan mal sabor al agua).
El SINAC informa que el agua se somete a “tratamiento A2: tratamiento químico normal, físico y de desinfección”. La planta donde se trataba el agua quedó dañada con las riadas, desde entonces solamente se ha sometido a desinfección: cloración. ¿Por qué no se han notificado los valores de THM? La legislación es clara: hay que informar si hay THM, turbidez, oxidabilidad, cloro combinado, etc. Galasa es responsable de la cloración y por eso se cura en salud, y el THM es algo frecuente: es un subproducto habitual del agua hiperclorada, y aparecen con parámetros altos en aguas residuales.
¿Con qué cantidades está clorando GALASA el agua que procede del pantano? Si está clorando por encima de un miligramo por litro de hipoclorito, que demuestre que es por necesidad, debido a una contaminación microbiológica.
En cuanto se rebaja el cloro a niveles normales ya desaparecen los THM porque son extremadamente volátiles. Cabe preguntarse: ¿analizan todos los parámetros o solo los que no van a despertar alarma? ¿Sólo analiza GALASA? La empresa no puede ser la misma que analiza, notifica y toma las medidas: se convierte en juez y parte a la vez. Ante la gravedad, los municipios afectados deberían realizar un contraanálisis con un laboratorio independiente y acreditado. Hay que recordarle a la Junta de Andalucía que no informar a la población tiene sanción.
El agua de la desaladora, por ahora, servirá para proteger a la población, aunque con un precio elevadísimo que pagaremos entre todos. Hay que exigir por derecho el verdadero motivo: la legislación sobre seguridad alimentaria nos ampara esta vez.
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