El obispo de Almería impone la festividad a la celebración

El obispo de Almería impone la festividad a la celebración

Juan Torrijos
18:32 • 06 ago. 2013

Hay que reconocerle que no es un obispo que quiera pasar desapercibido. Don Adolfo, que vino a Almería, según se dijo en aquellos tiempos como paso puente ante su futura marcha a la eterna Roma, se ha quedado entre nosotros. Ha echado raíces como tantos otros ciudadanos en Almería y quiere pasar a la historia como el obispo que ha sentado muchas bases en la iglesia católica almeriense. La última: La celebración eclesiástica de la festividad de la Virgen del Mar.


No se puede estar en contra de esta decisión. La festividad de la patrona es “el sábado anterior al último domingo de agosto”, por lo que parece de lógica que sea ese sábado, en este caso el día 24, la fecha en la que la iglesia celebre los actos más solemnes en su honor. Se puede opinar libremente y decir que el obispo impone. Pero en esta ocasión la imposición es solamente corregir algo que parece de lógica de calendario, y es llevar los actos religiosos de la patrona a su verdadero día, no al siguiente, como venía ocurriendo. Y los actos religiosos, lo queramos o no los universales, de él dependen, son su santa responsabilidad. El hombre no entra en la procesión que se seguirá celebrando el domingo ni en la ofrenda de flores, aunque a la segunda le afecta de una manera directa.


Me dirán que la tradición de los almerienses no se tiene en cuenta, y algo de razón tienen ustedes, que duda cabe. Se podría haber seguido como hasta el año pasado y no se hubiera levantado tanta polvareda. Tampoco ha sido tanta, si lo hubiera sido lo mismo Iu la hubiera llevado a los tribunales, por aquello de la polución y el respirar de los ciudadanos. Lleva la iglesia tantos años celebrando los actos religiosos del día de la patrona al siguiente y no hemos visto en la cara de la Virgen del Mar enfado alguno, que de seguir igual nada se habría notado. Pero don Adolfo quiere arreglar el pequeño desacuerdo entre la festividad de la patrona y los actos que a él competen. Y como le asiste la razón, sólo les queda a los devotos almerienses aceptar el cambio, asumir que durante muchos años lo anteriores obispos lo han hecho mal, o no se habían dado cuenta, y que aquí está don Adolfo para poner los actos religiosos en honor de la patrona en su santo y verdadero día.







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