Algo que da sentido a nuestra vida

No es fácil encontrarlo sin dar respuesta  a las preguntas que nos hacemos a lo largo de la vida ante las situaciones que  vivimos. Ortega lo expresó claro al decir  “el hombre y sus circunstancias”, frase con la que disculpamos nuestra actitud y conducta al no saber enfrentarnos, con valentía a los hechos que vivimos fruto de nuestra forma de pensar, o de no pensar, de querer pasar por la vida viviendo el día o el momento, optando por lo mas fácil, sin pararnos a planificar lo más preciado que gratuitamente nos dio Dios, la vida, con un pensamiento profundo que nos lleve a alcanzar la tan deseada  felicidad.

 Esto no es fácil si no ponemos nuestro empeño. Para un creyente tal vez sea  más  fácil, porque el  amor de Dios por el hombre no nos puede llevar  mas que a una gran esperanza y a querer corresponderle con la entrega  que este amor nos exige. La alegría que brota del ser humano  entregado al amor y  confianza en Dios, es algo que se vive, se ve,  se palpa cuando se les trata. 

¿Por qué ese empeño en complicar el mundo apartando a Dios con el pretexto de una política atrasada, de un laicismo trasnochado que no nos lleva a realizar la trascendencia a la que estamos llamados desde que fuimos creados, limitándonos, por el contrario, a una  vida que pasa como un soplo, sin desarrollar la trascendencia que como humanos nos dotó Dios? ¿Por qué  querer que nuestros hijos crezcan sin conocer a quien  los creó y dio la vida por ellos? 

Dejemos y ayudemos a respetar las creencias de los demás sin  empecinarnos en dejarlas en el más profundo pozo,  porque por ese camino  tendremos generaciones que pueden crecer vacías de sentido  sin ilusión ni  proyecto que de sentido a sus vidas. 

Y es muy triste, ver y oír  a quienes no piensan en profundidad atacar a la Religión y enfadarse  ante el deseo de la Iglesia y muchísimos padres de que sus hijos estudien esta asignatura en el Colegio y que la misma sea evaluable para obtener la nota en el curso que estudian.