El caldo de cultivo de los neonazis

El caldo de cultivo de los neonazis

Kayros
23:47 • 30 sept. 2013

Bien sea para animarse a sí mismos, o bien para darnos esperanza a quienes sufrimos los mordiscos de la crisis, los políticos profesionales recurren al mantra consolador de los brotes verdes. La  frase viene de Zapatero pero esta gente del PP tampoco es manca  en su utilización aunque sea con otros nombres más académicos.  Dando por ciertos los augurios de Montoro  y de Guindos ,  que   ya  es confiar en la derecha, lo que no podemos es negar que entre los  supuestos brotes verdes se enrollan también las lianas  ponzoñosas  de los movimientos de ultraderecha. 


Un día se entera uno  de las cargas policiales contra los miembros de Aurora Dorada, una asociación  griega  que ya cuenta  en su haber criminal con la muerte de un rapero  antifascista. Otro día la noticias llegan de Alemania  donde, pese  a tenerlos a raya por la memoria viva de sus campos de exterminio, parece que todavía la serpiente  intenta levantar cabeza. Y por fin, España. Hace pocos días vimos cómo entraban en la sede de un  partido democrático un grupo de jóvenes despendolados , con la cara tapada de boca para  abajo dando gritos  de violencia y atropellando a  todo aquel que  discrepaba. También se dijo que unos jóvenes,  pertenecientes supuestamente a Nuevas Generaciones, aparecieron en una manifestación saludando mano en alto con el saludo neonazi. El caldo de cultivo donde prosperan y se crían estas mesnadas es siempre el desempleo, la corrupción  y el fracaso de la democracia. Su lenguaje no es otro  que  el racismo, la irracionalidad y la violencia, por eso la emprenden contra los emigrantes. Aquí  en nuestro país  los movimientos del 11-M no llegaron, salvo unos pocos encontronazos con la policía, a una lucha  abierta con los grupos neonazis. Por fortuna, los seis millones  de parados, la mayoría jóvenes,  conocen la bondad de la democracia, aunque todavía no podamos decir que  está sin defectos.  Por experiencia saben que  con  la violencia se cierra cualquier camino de entendimiento. Más grave es el estado de desafección política en que está sumida la ciudadanía sin entender las malas prácticas  de sus líderes  ocultado la verdad y obstaculizando  cualquier camino de acceso a la misma.







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