Los terremotos de Castellón

Los terremotos de Castellón

Rafael Torres
23:09 • 02 oct. 2013

Lo suyo es que hoy se hablara de un solo terremoto, el de carácter político que constituye el juicio a Carlos Fabra tras años y años de instrucción, un sin fin de dilaciones, trapacerías legales, y nueve jueces. 


El caso y el personaje que muchos analistas sitúan en los orígenes de la corrupción en el PP que tantos otros casos y personajes ha generado, se someten por fin a la vindicta pública, un verdadero terremoto en los predios hasta ahora apacibles del trinque y el cohecho. Sin embargo, de los terremotos que más se habla, porque siguen haciendo temblar la costa de Castellón, el delta del Ebro y el Bajo Maestrazgo, es de los provocados por un alucinante trasvase de gas a un depósito submarino frente a Vinaroz. Desde hace semanas, los habitantes de la zona vienen sufriendo el castigo de constantes temblores de baja pero perceptible intensidad, pero el mayor,  de 4,2, ha extendido el temor y la alarma a la propia comunidad científica, que teme que esa sismicidad inducida acabe teniendo efectos incontrolables. 


Uno, que ha vivido varios terremotos, y no sólo en sentido figurado, sabe que con uno de 4,2 las personas que duermen se despiertan, las lámparas se agitan, los transeúntes perciben el sobrecogedor rizamiento de las entrañas de la tierra, y las persianas mal aseguradas se desprenden. También sabe que pequeños pero constantes temblores aterran a los niños y desquician  a los mayores, pero lo que más conoce uno es la arrogancia y la frivolidad con que  se manipula y se demedia la Naturaleza para ganar dinero.  




 Según parece, la cadena de seísmos, más de 400, tiene su origen en la reutilización que se hace de un viejo depósito de petróleo, al que ahora se le está inyectando gas. No es un depósito artificial ni una cueva, sino una roca porosa que se impregna de lo que le echen. Pero la tierra, el mar, no entienden de las previsiones dinerarias que los cinco grandes bancos implicados en el proyecto se han hecho, sino que sienten que se les está haciendo daño. Un daño de consecuencias imprevisibles.






Temas relacionados

para ti

en destaque