Hastiados de la Junta

Hace mucho ya que los almerienses no esperamos absolutamente nada de la Junta de Andalucía. Es muy triste hacer una afirmación así cuando se supone que el Gobierno andaluz debe velar de igual manera por el bienestar de los ciudadanos de las ocho provincias, sin agravios ni tratos de favor. Pero es la cruda realidad. Los almerienses contamos por decenas las decepciones que un año sí y otro también nos ‘regalan’ desde Sevilla.

Me niego a pensar que la única alternativa sea resignarse. No nos van a callar. Por eso, quiero aprovechar estas líneas para EXIGIR, una vez más, a la Junta que cumpla con Almería. Hablo de la rehabilitación de la Casa Consistorial, que lleva ocho años esperando tras una lona el final de las obras, a pesar de que el Ayuntamiento está dispuesto a adelantar el dinero para su ejecución. Hablo también del desinterés hacia el principal monumento de nuestra ciudad, la Alcazaba, aquejado de unas humedades que van dañando día tras día el recinto. ¿Más incumplimientos? Sí, por supuesto, sólo hay que darse una vuelta por el cerro San Cristóbal o La Chanca, el Cable Inglés, el (inexistente) materno infantil, la Facultad de Medicina, el Conservatorio, la depuradora… Y si viaja por la provincia podemos visitar el Cortijo del Fraile o recorrer la Autovía del Almanzora o la variante de Roquetas. Necesitaría la página entera para hablar de incumplimientos, pero sólo una palabra para calificar el estado de ánimo de los almerienses: hastío. 

Es evidente que el Ayuntamiento cumple y también el Gobierno, que sólo este año está realizando la prolongación del Paseo Marítimo, ha licitado la supresión de la playa  e incluso ha consignado en 2014 la supresión del paso de El Puche. ¿A qué está esperando la Junta? La nueva presidenta podría haber dado un giro radical a esta dinámica y apostar por Almería, pero ni siquiera se ha acordado a la hora de nombrar consejeros. Si la política son gestos, la señora Díaz ha dejado muy claro lo que le importa Almería: nada.