Europa garantiza la financiación del corredor mediterráneo

Juan Torrijos
01:00 • 30 nov. 2013

¿Todos felices? Bueno, unos más que otros. Los del PP cantan y brindan con vino espumoso almeriense. No nos dejan que le llamemos cava, pero el de las bodegas de Lúcar empieza a ser un lujo para el paladar. No nos vayamos del tema. Mientras los del PP brindan los del PSOE fuman en pipa. Normal, aquí los éxitos de unos siempre son las derrotas de los otros. El día que sean (seamos) capaces de ver como triunfo de Almería y de todos los almerienses los logros que nos llegan, los dos (todos) brindarán (brindaremos) con las burbujas de Lúcar. Aunque mucho me temo que eso no lo veremos por estos lares en algunas generaciones, lo que quieren decir que yo me lo perderé. ¡Qué le vamos a hacer!


Les confieso que no me creo que el AVE esté (como nos dicen ahora los políticos) para el 2020 entrando en Almería. Si quisieran estaría, me asegura un colega. Evidentemente, pero estamos hablando de políticos, y el querer de estos no tiene nada que ver con el del resto de los seres humanos. Si la llegada del AVE a Almería no dependiera de ellos me creería que dentro de siete años vería su largo perfil rodando por nuestras vías, pero siendo ellos los que tienen la llave...


A los aplausos del PP el PSOE opone la llegada del caballo de hierro al puerto como la joya de la corona de la que no se puede prescindir. Ya no es lo importante que el AVE llegue a la capital, ahora lo necesario, lo imprescindible es que llegue el tren al puerto de doña Trinidad Cabeo. (Me cuentan señora Cabeo que su gestión portuaria tiene más sombras que luces, hablaremos de ello otro día). Y en tropel salieron las voces socialistas con la nueva campaña: Al puerto, al puerto, al puerto. ¿Razones? Que de él depende el futuro de nuestra ciudad y provincia. Si el tren no entra en el puerto Almería se hundirá en la ignominia, en la pobreza y en la noche oscura de los tiempos. 




Los tiempos... Se acuerdan de los tiempos en que Zapatero no hacía caso de su ministro Solbes, Almería, sin tren que entrara en el puerto, entre otras cosas porque un concejal socialista y un alcalde del mismo signo quitaron las vías, tenía un paro del seis por ciento. ¿Se acuerdan? Y sin tren en el puerto, oiga. ¡Nos habríamos salido si hubiéramos tenido el caballo de hierro en la escalinata real!






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