La fértil crítica del secarral

Como esta columna tiene un decidido compromiso con el servicio público, quisiera aprovechar para indicar a una servidora pública, la concejal socialista Déborah Serón, que el malvado que le ha asegurado que los almerienses no tienen memoria la ha engañado como si fuera una fabricante de bolsos ugetistas. Y es que sólo desde la absoluta convicción de que la desmemoria afecta a un amplio porcentaje de almerienses puede asegurarse, sin sonrojo, que han sido “las numerosas críticas del PSOE” las que han movido al Ayuntamiento a mejorar el Parque del Andarax. Es innecesario recordar ahora el estupor de cuantos asistieron a la inauguración de aquel infame secarral pretendidamente nombrado como parque por una prensa bien estipendiada publicitariamente. “Pulmón verde”, “Joya de la corona” o “Retiro de Almería” fueron los desmedidos términos publicados.  Estupefacción general, también, al ver el orgullo y la satisfacción de los cargos socialistas ante aquel páramo (inolvidable la égloga pastoril que, sobre el impresentable erial, derramó el entonces presidente de la Diputación, Juan Carlos Usero) y también algo de preocupación por la integridad de un presidente de una asociación de consumidores, que corrió severo riesgo de licuefacción al poder estrechar finalmente la mano del inaugurador presidente Griñán. Ay qué recuerdos. Aquella tarde constituyó uno de los más bochornosos episodios de intento de estafa por parte de las autoridades de la Junta de Andalucía en Almería. De hecho, el Ayuntamiento se negó a recepcionar semejante cochambre. Y que ahora una concejal del PSOE venga a decir que las mejoras emprendidas en el parque son gracias a sus críticas nos lleva, cuando menos, a preguntarnos qué era exactamente lo que la señora Serón aplaudía y festejaba entonces, al inaugurar un parque que, según ella, ha necesitado tanto de su fértil crítica. En fin, que donde no florecen las jacarandas brotan los recuerdos.