Día inútil aquel que no lees cosa nueva y más inútil la noche amenazada de insomnio, cuando ninguna emisora te llama la atención por anodina o por repetitiva. Fue una noche de esas, larga y casi infinita, cuando sin nada que llevarme a la mente, busqué entre el desorden de mis libros amontonados un texto único. No existe ninguna novela histórica como el “Diario de a bordo” de Cristóbal Colón, que por fortuna no es una novela sino el relato verídico de su gran travesía hacia el Descubrimiento del Nuevo Mundo.
Se sabe que el texto del Almirante se perdió. Lo que leemos ahora es un extracto del mismo con párrafos textuales del original que transcribió Bartolomé de las Casas. Dios me libre de entrar ahora en la discusión de la ficha técnica. Doctores tiene la historiografía crítica. A nosotros simples lectores nos estaba reservada la emoción de esta enorme aventura española para lo cual solo hace falta colocarse en el año l942 e imaginar tres carabelas como cáscaras de nuez saliendo del Puerto de Palos y fondeando luego en la Isla Española. A fe que no faltaron las dudas, tampoco grandes tormentas y hasta hubo algún amago de motín en las tripulaciones. Con instrumentos de navegación harto rústicos, Colón suplía mediante su fe mesiánica los bajíos desconocidos que le ponían en peligro de naufragio.
Así se lo comunica al Rey y Reina de España, Altezas serenísimas en cuyo nombre va tomando las tierras que descubre. Nosotros, los hijos del siglo XXI, que tal vez esperamos el notición de algún planeta habitado, podemos sopesar cómo sería aquel encuentro con los primeros indios. Unos seres tímidos que creían que los españoles bajaban del cielo, unos indígenas que iban desnudos como su madre los parió, no eran egoístas, cambiaban colgantes de oro por pedazos de vidrio que no valían un maravedí. Por cierto, si hay alguna obsesión compulsiva en el Almirante es dar con las minas de oro. Los amantes de la literatura descriptiva no olvidarán el trabajo casi poético de Colon tratando de ponerle nombres a las cosas del nuevo universo: árboles, pájaros, islas, costumbres etc. Lean ,lean el “Diario de a bordo”. No se arrepentirán estas vacaciones.
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