En estos días de Navidad, a poco que uno mire la televisión, o mejor aún, que viaje por Europa, se queda prendido en el lujo de los teatros con excelentes conciertos de las más grandes orquestas. Una sana envidia para nuestros filarmónicos. En la Historia de España se distinguen dos etapas características: la de la burguesía revolucionaria que terminó con los restos del feudalismo basado esencialmente en la posesión de la tierra y la etapa reaccionaria o miedo estructural a perder las riquezas conseguidas para cuya conservación se apoyaban en poder político. Financieros, comerciantes, empresarios, ejecutivos y altos cuadros en poder del gran dinero dieron en otro tiempo cobijo a la cultura aunque solo fuera como un modo de propaganda. Hoy esa burguesía civilizada y culta a la que tantas maravillas arquitectónicas y artísticas debemos ha perdido protagonismo, y no solo por culpa de la crisis, sino porque el mecenazgo ya no tiene el significado de otras épocas. Los partidos conservadores están en este momento obsesionados tanto por salvar el sistema capitalista como por salir de la crisis. Dicen que quien gobierna hoy no son los partidos sino los bancos . Parece lógico el bajón de la investigación y la cultura como conciencia viva del progreso. A Rajoy no le hemos oído ni siquiera un mal discurso donde se haga cargo del estado en que ha caído la industria cultural. El gravamen del 21% en el IVA está terminando con las librerías y por tanto con la lectura. Nuestro índice de libros leídos anda parejo con el de de Nigeria, Y el teatro ¿qué me dice usted?, el llamado espejo de buenas costumbres, imprescindible como pacífica arma para conocernos y defendernos de la corrupción, ha perdido espectadores. La compañías privadas se quedan sin subvención. De música mejor no extenderse demasiado. Grandes orquestas enmudecieron, que es lo peor que puede acontecerle a una orquesta. Razones, las de siempre. No hay presupuesto. Hay quien dice que no habiendo dinero para dependencia tampoco resulta un crimen que no oigamos el “Sombrero de tres picos”. La burguesía culta no se da por enterada y va siendo raro un concierto en televisión. El “austericio” hace estragos hasta en el tío del Bombo.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/52954/la-burguesia-culta-ya-no-es-lo-que-era
Temas relacionados
-
IVA
-
Teatro
-
Libros
-
Navidad
-
Cultura
-
Corrupción
-
Medios de comunicación
-
Música
-
Conciertos
-
Televisión
-
Bancos