Los almerienses sí que somos unos santos inocentes

Juan Torrijos
23:43 • 27 dic. 2013

Nos lo creemos todo. En los últimos 10 años los distintos gobiernos y sus presidentes,  ministros y consejeros, nos han prometido la solución a todos los problemas que esta esquina de España ha venido soportando a lo largo de siglos. Y nosotros, inocentes, nos lo hemos creído.


En los últimos 10 años se nos dijo que llegaría el Ave,  el soterramiento, que la Autovía a Málaga estaría terminada, que la del Almanzora sería una realidad, y que la variante de Roquetas se podría utilizar, que el corredor Mediterráneo llevaría nuestra agricultura al mundo, que el barco sería el futuro de la comercialización, que tendríamos tranvía en la capital, tren de cercanías en el bajo Andarax, trasvase del Ebro, desaladoras a go-gó, hospital Materno infantil, hospital en Roquetas, facultad de medicina, puertos deportivos, puertos ciudad. Y que se acabaría definitivamente con los problemas de la balsa del sapo. 


Lluvias de millones pregonaban los políticos sobre la provincia, ¿o eran “minolles”? Debían ser “minolles” pues del cielo poca agua y bastante granizo para hacer daño es lo único que hemos recibido.




No hace falta que siga, ¿verdad? Cientos, miles de promesas y planes a lo largo de 10 años que nosotros, los santos inocentes almerienses nos íbamos creyendo. 


Para mayor inri ni siquiera se lo teníamos en cuenta cuando a estos políticos volvíamos a votar a lo largo de esta última década. 




Y aquí estamos, a punto de finalizar un año más, en el día de los más ilusos e inocentes ciudadanos, y con una Almería que sigue esperando que le llegue el maná de las promesas políticas. Aquí nos tienen a los ciudadanos esperando que el tren con Madrid rebaje su trayecto en 15 minutos o pagando un dineral por el avión. Mientras, ellos, los políticos, se pelean por unos viajes en Avión a Sevilla que beneficia a cuatro, entre ellos a altos cargos de la Junta a los que además les pagamos el viaje con nuestros impuestos.


De verdad que somos unos santos los almerienses e inocentes. Con todo lo que venimos soportando de unos y de otros y aún no nos hemos levantado en “armas=votos” contra ellos. Ni lo haremos. El síndrome de esquina seguirá pesando sobre nosotros.  





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