Los señoríos del Valle del Almanzora

“El Señorío es una forma de gobierno en el que el poder es confiado a la aristocracia como pago a servicios”

Juan Fernández Gómez
23:51 • 30 ene. 2014

Estas líneas tienen la finalidad de expresar nuestro empeño en acercar la historia local a los ciudadanos. El tema de hoy lo hemos dedicado a los señoríos, conjunto de prevendas jurisdiccionales, cuya explotación corría a cargo de una persona física (noble) o jurídica ( concejo, orden militar.... )  que  contrariamente  a lo que pueda pensarse, no había antítesis alguna entre Realengo y  Señorío; todo lo contrario,  son dos formas de gobierno, donde el primero ejerce su poder sobre todo el territorio y el segundo es confiado a cierta aristocracia como pago de sus servicios, bajo el manto de la Corona.


 Como arboleano que soy, he querido reflejar  la mayoria de los ejemplos del hermoso Valle del Almanzora. 


“Serón y Tíjola en la cuenca  del rio  Almanzora son para el marques de Villena D. Diego Lopez Pacheco. 




Las villas de Cantoria y Partaloa, situadas tambien en el valle del Almanzora, van a parar a manos de D. Iñigo Lopez de Mendoza, duque del Infantado. La villa de Oria la recibe el Adelantado Mayor de Murcia, D. Juan Chacon. Albox, Arboleas, Albanchez y Benitagla se las queda D. Pedro Manrique, duque de Najera. Armuña, Lúcar, Sierro y Suflí, en la cabecera del rio Almanzora, son entregadas a D. Alonso Fernández de Córdoba, señor de Aguilar


Gérgal y Bacares, en la sierra de los Filabres, se conceden a D. Alonso de Cárdenas, maestre de Santiago.




     Somontín y Fines, sitios en el valle del Almanzora, se otorgan a D. Alonso Fernández de Córdoba, señor de Alcudete y Montemayor.


     Otros dos lugares enclavados en la sierra de los Filabres, Velefique y Febeire, acaban en manos de Juan Tellez.   Y aunque no se han hallado documentos fundacionales, parece ser que los siguientes señoríos también fueron otorgados en las mismas fechas. A D. Iñigo López de Mendoza, conde de Tendilla y capitán general del Reino de Granada, se le conceden los lugares de Líjar y Cóbdar.




Y por último, Uleila del Campo y Olula de Castro, situados tambien en la sierra de los Filabres, son concedidos a D. Pedro Hurtado de Mendoza, adelantado de Cazorla.”    (1).    E. Perez Boyero, Historia del.Reino de Ganadap. 574   


 No queremos pasar por alto las poblaciones de Olula del Rio, Purchena y Urrácal, donadas a D. Luis de la Cerda,  incluyendo  un juro por valor de un millón y medio, más cuatro millones y medio de maravedíes que respectivamente correspondían a las rentas de Córdoba y ciudades de Castilla y Andalucía; todo esto a condicion se consumase el  matrimonio de su hija Leonor, (heredera) con el marques del Cenete. El marqués cumplió su palabra tomando posesión de las citadas villas; sin embargo, la muerte de Dª Leonor sin descendencia (1502), provocó la devolucion de las mismas.



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