La noticia de que se han cerrado los túneles del AVE que atraviesan el Barranco del Tesoro en Sorbas es una decisión razonable porque sólo busca evitar que en sus más de veinte kilómetros bajo las montañas nadie pueda entrar donde no debe.
Lo que inquieta es que tras esas puertas se esconda la voluntad del gobierno de aplazar durante años la continuidad de la infraestructura ferroviaria de deberá unirnos con Murcia. Casi tres años ya de Gobierno del PP no inducen al optimismo almeriense; ni sobre esta obra, ni sobre los tramos inacabados con la autovía con Málaga.
Nadie duda que la crisis y sus efectos se hacen sentir con dramatismo en las obras públicas ralentizándolas, cuando no paralizándolas. Si no hay financiación no pueden acometerse proyectos y, mucho menos, imprimir más velocidad a los ya iniciados.
Lo que no es entendible es que haya obras para las que el futuro haya dejado de estar escrito cuando, sobre ellas, la provincia recorrerá el camino que le lleve al futuro.
Apúnteme el lector en la primera línea de la crítica a los gobiernos de Zapatero. Pero su inconsistencia, su torpeza y su dejación en la percepción de la llegada de la crisis y en su gestión posterior no impide valorar en su justa medida que fue bajo su gobierno cuando se ejecutó hasta el último metro de las obras de la alta velocidad ahora paralizadas. Las cosas son como son y nadie puede negar la realidad de los hechos.
La ministra Pastor ha respondido hasta ahora con indiferencia real (las palabras bienintencionadas son hojas que lleva el viento; el hormigón y el hierro que no han llegado es lo que cuenta), la ministra Pastor, digo, puede acabar su mandato el frente de Fomento con el balance desolador de no haber tomado ni una sola decisión consistente que favorezca la llegada del AVE a Almería.
Lógica geográfica A Murcia, sí. Pero no Almería. Es cierto que para que llegue a la provincia antes tiene que hacerlo a la capital de la comunidad murciana y a Lorca. La lógica geográfica así lo impone. Pero esa misma lógica también impone que la distancia entre dos puntos es más fácil de recorrer si desde uno y otro comienza a realizarse- a construirse- las vías.
Los tres últimos tres años no están siendo así y nadie del gobierno ni del partido que los sustenta tiene conocimiento de cuando llegará la alta velocidad a Almería. ¿En el 2020, en el 2022, en el 2025? Nadie lo sabe y nadie se atreve a poner fecha porque, en el índice de prioridades del ministerio, Almería no está contemplada o, en todo caso, sólo está contemplada como un apunte a pie de página.
Esa es la realidad. Pero la realidad también se puede cambiar si hay voluntad de hacerlo o se ejerce la suficiente presión para que se cambie. Y en esas debemos estar.
La resignación ha sido –y es-uno de los pecados capitales de los almerienses. Desde que en 1956 los vecinos de Cuevas y del levante almeriense salieron a la calle armados de pancartas elaboradas en los ayuntamientos para dar las gracias a Franco por la aprobación del pantano de Cuevas hasta su inauguración en los primeros 80 pasaron casi treinta años. Casi treinta años, nada menos, fue el tiempo transcurrido entre su aprobación y su inauguración y aquí nadie se atrevió a levantar la voz ante tamaña desmesura, ante tamaño insulto a la inteligencia, ante tamaña indignidad.
Tanto olvido Me resisto a pensar que en la espera de la alta velocidad vuelva a repetirse tanto olvido, tanta indiferencia y tanta injusticia. Pero para que eso no suceda es imprescindible
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/60147/lo-que-el-cierre-de-las-puertas-del-tunel-no-debe-esconder-term-solutions-fo