La abstención que no cesa

Los jóvenes no tienen dónde ir y nos recuerdan el eslogan del l5-M: “no nos representan”

Kayros
23:11 • 21 may. 2014

Los analistas augures del inmediato presente avisan de que en estas elecciones europeas puede haber una abstención del sesenta por ciento. Una barbaridad. Un cáncer más bien en medio de la democracia. Se me ocurren dos ideas previas como explicación anterior de semejante fenómeno. Una la desafección general del ciudadano contra la política. Las clases medias están viendo que sus males no tienen remedio con unos políticos profesionales que pueden ganar 6.OOO euros al mes más incentivos mientras aquí nos debatimos entre la indigencia de los recortes y el paro galopante, entreverado, eso sí, con las alentadoras profecías de De Guindos. Los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Los jóvenes no tienen dónde ir y nos recuerdan el eslogan del l5-M: “ no nos representan” . Por otro lado, y ya dentro del tema europeo específico, la UE está gobernada “de facto” por unos burócratas que no fueron nunca elegidos por el pueblo sino por la presión de los grandes grupos económicos. De aquí arranca, a mi juico, la escasa confianza del votante que descree de la eficacia de unas elecciones. Obviamente Europa ya no es el eje del mundo. Su pérdida de influencia se debe a altas razones de política internacional que no dominamos. Este sería en síntesis el caldo de cultivo de la abstención. Ahora bien. Dentro de este contexto donde la serpiente del populismo calienta sus huevos ¿ qué sentido tiene no acudir a las urnas? Desde las urnas, como dice el PP, podemos tener futuro. Desde las urnas, como dice el PSOE, podemos mover Europa. También el resto de los partidos sugieren iniciativas para salir de la crisis cambiando las cosas. En definitiva, cualquier aportación menos renunciar a la democracia que se visualiza en la ceremonia de meter un papelito orientador en una caja . No hay otro camino para corregir defectos. Tampoco para detener los demonios familiares de los nacionalismos que tantas guerras produjeron en el continente. La gran Europa, creadora de civilizaciones, luz del orbe, no sabe ahora cómo gobernarse. Sus ciudadanos dudan perdidos en el espacio. Quien iba a decirlo después de haber alumbrado los derechos humanos.







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