Del desencanto y la lucha al desengaño

Parece que todo consistiera en el ajuste de la deuda y cumplir lo que mandan en Bruselas

Kayros
01:00 • 06 jun. 2014

Los que vivieron el desencanto del  franquismo y lucharon  en la calle para que  aquello  pasase al basurero de la historia establecen   simetrías con   lo  de hoy  y algunos  se extrañan de que  estemos más o menos  igual que entonces. Puedo entender  que la derecha  defienda las mismas cosas de siempre,  pero que los  revolucionarios de  entonces se hayan vuelto   casposos  reaccionarios nos pone  a más de uno  al borde del  pesimismo.  Jóvenes  que hoy tienen 25 o 3O  años no conocieron  los prolegómenos de la transición. La crisis les ha  hecho reflexionar  sobre la milonga del bipartidismo, de ahí que hayan   descubierto con amargura que el malestar crece y crece.   No sé si haría falta otra película como aquella que  reflejó  el desencanto  español  personificado el desastroso mundo de la  familia Panero. El actual Gobierno no cesa  de enviarnos  mensajes,  mes a mes,  apoyado  en la creencia de que la economía  va bien. Si aun siendo verdad los datos del CIS  no lo arreglarían todo, mucho  menos  si   nos mienten.. Porque lo cierto es que en  España   está creciendo la  pobreza y la  desigualdad. El Consejo Económico y Social  se fija en el hambre infantil colocándonos detrás de Rumanía.  La pregunta es,¿por qué hay tanta gente descontenta? ¿ Hay quien piense que el paro juvenil  es una  macabra historia  inventada por los revoltosos mozos  de “Podemos”?  


Las manifestaciones  callejeras que  protestan contra los recortes  en investigación,  en  educación y sanidad, en ayudas  a la dependencia  etc ¿ serán solo un  instinto  de hacer ruido  solo por  hacerse  oír?  Celebramos ahora la matanza de Tiananmen y los comentarista insisten en que China   quiere  ocultar  sus pecados contra  los derechos humanos   colocando en primera plana el  enorme crecimiento económico. Aquí también parece que todo consistiera  en el ajuste de la deuda y  en el cumplimiento   de lo que  mandan en Bruselas. Pero   nuestra sociedad se está viniendo abajo al  esfumarse  la  esperanza de vivir. Jóvenes  sobe todo malviven en  las bancadas  de las plazas públicas, no ya   solo “los lunes al sol”, si no todos los días de la semana , del mes y del año. En este plan  ¿ quién no se vuelve  un poquitín antisistema  viendo librarse de la cárcel  a los tiburones de la corrupción?







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