Eran los tiempos de Santiago Martínez Cabrejas y de Diego Cervantes. Alcalde el primero, concejal de urbanismo el segundo. El Toyo en marcha, con su dos mil cinco como bandera, y entre sus actuaciones un campo de golf municipal. Era la modernidad y todos aplaudíamos hasta con las orejas cualquier iniciativa. Pero los años pasan y van dando el perfil de los personajes y del trabajo de aquellos años. Santiago no sé si lo explicará, pero don Diego tiene una página abierta en LA VOZ donde nos podría dar una explicación sobre la concesión denunciada desde el Ayuntamiento. Grave, pues asegura que la concesión fue otorgada por los responsables municipales del PSOE y de IU con informes negativos. Transparencia e información al ciudadano aunque sea con unos años de retraso. Habría sido mejor, cierto es, que en el momento de la concesión se hubiera informado sobre esos informes o dudas presentadas por los técnicos, pero si no se hizo en su momento, supongo que habrá alguna explicación, más vale tarde que nunca.
Pues nada, don Diego tiene la oportunidad de hacerlo en algunos de sus comentarios semanales en nuestro periódico. ¿Por qué sale a colación el campo de golf? Porque entre todos los almerienses hay que pagarle a la empresa que consiguió la concesión casi cuatro millones de euros. En pesetas un pico considerable, y sería interesante saber si es por culpa de los ciudadanos que tenemos que poner los dineros o es por la metedura de la “patita” por parte de algún político, sea de ayer o de hoy. Si la culpa es de los vecinos nada que objetar: A pagar, que remedio. ¿Y si es de algún político y encima con informes en contra? A seguir pagando, que remedio. Los políticos no son responsables de sus lindas meteduras de “patita”. A que entienden que don Santiago o don Diego nos deberían dar su versión sobre el campo de golf. No sabía yo que fuera tan importante para la ciudad que el ayuntamiento tenga un campo de golf, como defienden estos días. No sabía yo que entre las competencias municipales estuviera la de enseñar a jugar al golf a las nuevas generaciones de almerienses. Hay tantas cosas que no sabemos de nuestros ayuntamientos, que mejor no preguntemos. Siempre llegamos al mismo punto. Ellos hacen lo que les da la gana y el ciudadano tiene que sacarles las castañas del fuego.
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