Vacaciones Reales en Almería

Como cualquier familia española, los señores Borbón-Ortiz andan estos días dándole a la tableta en el sofá, quizás en una salita ante la tele, buscando en internet un hotelito mono para el veraneo con las niñas. “Mira que tenga piscina y media pensión, cari.” Y por lo que parece, (aunque francamente no sé cómo puede darse carta de naturaleza informativa a algo que está en el capítulo de las posibilidades) Almería y su parque natural de Cabo de Gata-Nijar podría ser una de las ubicaciones escogidas para tan destacada visita. Insistamos: podría. En todo caso, una magnífica oportunidad para promocionar nuestra provincia como destino turístico, etcétera. Ahora bien, si finalmente los Reyes de España vienen a pasar unos días en Almería habrá que entender que algo así conlleva un despliegue de factores añadidos que no sé si podrían procesarse en nuestra provincia con naturalidad, calma y sin polémicas, que son circunstancias tan ajenas a “lo almeriense” como la bruma y los fiordos. Escoltas, prensa, cazafotos, portadas, etcétera. Lo digo porque cuando  hace unos meses una princesa nórdica escogió Aguamarga para pasar unos días de escapada (disculpen que no me levante ahora a comprobar el nombre y la dinastía de la muchacha en mi archivo del “Hola”) se organizó una buena pajarraca contra los periodistas gráficos que intentaron arponear una imagen lejana de la principal y principesca pareja. Confundiendo la cortesía con la cortesanía, se alzaron voces de queja. “Que les dejen en paz, hombreyapordios”, como si al final los fotógrafos no estuvieran haciendo más que promocionar el municipio, la provincia y acabar atrayendo visitantes a una provincia que tiene en el turismo una de sus principales industrias. En todo caso, no sé yo si tanto revuelo previo es lo que busca precisamente para sus vacaciones una familia cualquiera española. No sé.