Fin de semana socialista

El flamante líder muestra un enganche claro con la vocación modernizadora de su partido

Antonio Casado
20:56 • 25 jul. 2014

Estamos en vísperas de un fin de semana socialista marcado por un nuevo descorche generacional en el histórico partido de Pablo Iglesias. Hablo, por supuesto, del santo padre del PSOE, líder de aquel incipiente movimiento obrero que, junto a Jaime Vera, García Quejido y otros, luchó a finales del siglo XIX y principios del XX por un salario digno y una jornada de trabajo no superior a las ocho horas (las famosos tres ochos para el trabajo, el ocio y el descanso). Mucho ha llovido desde entonces. Sin embargo, el líder in pectore del mismo partido se va a encontrar con una España en la que el trabajador va camino de verse obligado a elegir entre ningún trabajo o un trabajo precario y mal pagado. Siempre habrá alguien que diga, y a ver quien se lo discute, que mejor eso que nada. Y siempre habrá trabajadores dispuestos a aceptarlo. El riesgo es desandar el largo y duro camino recorrido. Con ese legado histórico a la espalda de los líderes del PSOE que han sido y ante unas políticas del Gobierno que van configurando una España más competitiva desde el punto de vista económico que justa desde el punto de vista social. Hace unos días estuvo en Madrid el primer ministro de Francia, Manuel Valls, predicando el reformismo como palanca de recuperación de la izquierda. Todo ello para mantener su compromiso no con los trabajadores sino con el "progreso".


En este sentido, Pedro Sánchez todavía es un melón sin abrir. A juzgar por las señales de sus primeros pasos, el flamante líder muestra un enganche claro con la vocación modernizadora de su partido sin renuncia al legado de la izquierda clásica: "Un proyecto reformista para una segunda transición económica y social que vea en la educación pública, la sanidad universal y la protección social lo que siempre ha sido: un dique contra la injusticia y el mejor pilar de la competitividad". Así es como Sánchez se dirigió por carta a los militantes después de ser elegido. Ahora le toca pasar de las musas al teatro. A partir del domingo a mediodía.







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