A los almerienses todo nos lo quieren vender como un desastre

Juan Torrijos
17:29 • 18 ago. 2014

Si no tenemos Ave esto es una ruina. Si no se acaba la autovía con Málaga no tenemos futuro. Si Marruecos vende tomates a Europa el agricultor almeriense se muere de hambre. Si el hermano árabe del rey no nos deja pescar ya pueden nuestros barcos pasar por el desguace. Y ahora nos llega Rusia y parece que dejar de vender el cero coma seis por ciento va a suponer otra desgracia de incalculable e insuperable valor para nuestra provincia. No creo que sea para tanto. Almería a lo largo de la historia no ha sido beneficiada por la gracia de nuestros dirigentes y ha ido saliendo adelante gracias al empuje de sus hombres. Se acabó la seda, se cerraron las minas, la uva dejó de ir por mar, a la naranja le entró la tristeza y Almería seguía encontrando salidas a su futuro. ¿Cuántos años estuvieron los camiones camino de Europa pasando por el puente de Rioja? ¡Almería sin salidas! Y por una estrecha carretera nuestra agricultura conquistaba con miles de camiones diarios a los europeos del norte. Que a nadie le gusta un veto de cualquier cliente es evidente, y si éste puede tener importancia económica en el futuro es más preocupante, pero de ahí a vender que nuestra agricultura pierde el norte y el futuro va un abismo. Almería tuvo su auge turístico cuando las autovías aún no habían llegado a la provincia, con los mismos trenes que todavía circulan por nuestras vías y con un pequeño aeropuerto que de lo único que disfrutaba era de un paisaje inigualable para el viajero. Reconocer aquí que la única apuesta por Almería y su turismo por parte de un gobierno central fue la construcción del aeropuerto. Y con aquellos duros mimbres tuvimos importantes cifras de turismo y se levantaron los grandes hoteles en Roquetas, Mojácar y otros puntos del litoral. ¿Somos unos quejicas? ¿Nos hemos vuelto un poco catalanes? Es posible. El agravio por el agravio, el victimismo almeriense por bandera. Mal camino el cogido y reconozco que mucha culpa de ello la tenemos los que escribimos estas historias, entre ellos me encuentro. ¿Somos los culpables? Decía el otro día la delegada de Fomento de la Junta, señora Caparrós, que ella defiende los intereses de la Junta en el tema de la plaza Carabineros ¿y los de los ciudadanos almerienses, qué? ¿Quién los defiende? Ella evidentemente no lo hace, y aquí nació. 







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