Los turistas le han dado a Almería la alegría del verano

Juan Torrijos
21:41 • 03 oct. 2014

Hemos vuelto a los años de los éxitos y de los récords en lo que al turismo se refiere. Y eso que no tenemos Ave, los viajes en avión son de los más caros del país y el tren sigue como en el siglo diecinueve. Con ese panorama Almería ha conseguido un número de pernoctaciones que levanta los ánimos del sector. Un sector que tiene sus grandes sombras y que nos ha ofrecido algún ejemplo que no ha beneficiado en nada la imagen de Almería. Sería de desear que no nos afecte en el futuro, aunque es de imaginar que algunos de los turistas que tuvieron que asaltar las cocinas de un hotel en El Toyo para poder comer se pensarán volver por estos lares. No es agradable tener que comportarse como un asaltante para llevarse a la boca alimentos que ya se ha pagado. No tenían la culpa de que los empleados no cobraran sus salarios, cuando ellos ya habían abonado sus vacaciones. Fue una foto que dio la vuelta al país y que tira por tierra la labor publicitaria que vienen haciendo las administraciones. Una pena.


Y ahora a preparar el próximo verano, tiempo tenemos para ello. Seguiremos sin tener el Ave, cierto es; el tren seguirá siendo el del siglo pasado, como los caballos de hierro que cantara Zane Grey en sus novelas del oeste; en cuanto a los vuelos regulares estos seguirán siendo los más caros del país, pero confiemos que los charter y la autovía llenen las habitaciones de los hoteles como ha ocurrido este verano para satisfacción del sector. Pero sobre todo que no se vuelva a vivir la situación rocambolesca de ver como unos clientes asaltan una cocina para poder llenar el estómago. No es buena imagen para el turismo y Almería, aunque la culpa la tengan unos empresarios que no abonan con regularidad las mensualidades a sus trabajadores. No todo han sido alegrías, los representantes de la restauración se han quejado de que el todo incluido que venden los hoteles les ha restado clientes a ellos; es el momento de abordar el problema, de intentar llegar a acuerdos, de buscar con imaginación soluciones. No esperen a que se pase el año y se encuentren en la misma situación sufrida el verano pasado. Por su parte el parque de Cabo de Gata quiere despelotarse. Una idea a estudiar. Lo mismo es una solución a la pobre economía que se vive, ya que hasta ahora el sector no encuentra muchos alicientes. 







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