Manuel Caliz, un profesor ejemplar

Me parece una pérdida irreparable para nuestro Instituto. La muerte le ha llegado haciendo lo que siempre ha sido su pasión...

Pedro Mena Enciso
23:47 • 13 oct. 2014

El repentino fallecimiento del profesor de Historia del Arte y Director del Alborán  provocó un sentimiento profundo en toda la Comunidad Educativa almeriense. Conocí a Manolo cuando comenzaba a dirigir “su Instituto” allá por el año 1979 (el 20 de Octubre presidió ya el primer Claustro de Profesores que se tuvo que celebrar, al carecer de un edificio propio, en aquellos pabellones que antes ocupó el Colegio Universitario y que los almerienses conocemos como “caballerizas” del cortijo  Fitcher). ¡Cuánto trabajó mi buen amigo y maestro de la Historia hasta conseguir, en Mayo de 1985, el traslado y comienzo de las clases al actual edificio de Nueva Andalucía. El 25 de Septiembre de 2014 ha quedado ya grabado para siempre no sólo en las paredes del Instituto que dirigió desde su creación, sino en el corazón de todos sus amigos y colegas de profesión porque este docente, siempre amable y respetuoso con los demás, fue capaz de contribuir a la construcción personal de sus alumnos. 


De forma personal, con la familia, a través de las redes sociales o de la página web del Instituto, han sido numerosas la muestras de cariño: recogemos, como ejemplo,  el testimonio de Roberto Morales, alumno de la Promoción 1987-1991: "Me parece una pérdida irreparable para nuestro Instituto. La muerte le ha llegado haciendo lo que siempre ha sido su pasión: enseñar y dirigir en el Centro Educativo que tan importante ha sido en su vida… ". 


Nuestro Catedrático vio reconocida su entrega incondicional al servicio de la educación con  la condecoración, por el Ministerio de Educación, de la Cruz de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, evento recogido por el País en un reportaje (publicado el 8 de Junio de 2006) y titulado: ”Un director vitalicio”. Transcribimos un fragmento de este artículo: “Manuel Cáliz ha demostrado destreza, como el Rey Sabio, en la devoción y en la obligación. El Cáliz lo mismo reprocha a un estudiante la asistencia a clase en "bahamas" -bermudas masculinas definidas así por el profesor- y censura a un grupo de amigos por jugar a la brisca en la puerta del instituto, que se deshace en encontrar el mejor de los itinerarios posibles en el viaje de estudios como actividad complementaria a la teoría o mueve Roma con Santiago para organizar la mejor de las fiestas de graduación”. 




Creativo y trabajador infatigable, introdujo el bilingüismo en Almería a través de las clases de Francés que el mismo impartía en el Instituto. Hasta siempre Sr. Director.






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