¿Felicita la UE a España o le saca los colores por la lucha contra el ébola?

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, no desaprovecha ocasión de hacer publicidad. Bueno, es su función y su misión, va con el cargo. Para eso le pagan. Pero a veces se queda en propaganda barata. Como cuando tras el Consejo previo a la cumbre de la UE de este jueves y viernes que sus colegas le han felicitado por la gestión española de la crisis del ébola.

Algunas de sus frases suena a carga hueca, a pól­vora mo­jada, a lu­gares co­mu­nes. Como al afirmar que en lí­neas ge­ne­ra­les, la res­puesta de la red sa­ni­taria es­pa­ñola ‘es más que sa­tis­fac­to­ria’. O el to­pi­cazo ya gas­tado de que el sis­tema sa­ni­tario es­pañol ‘está entre los me­jores del mun­do’. O peor aún, al po­nerse la me­dalla de que España ya ‘está ha­ciendo apor­ta­ciones fi­nan­cieras dentro de sus po­si­bi­li­da­des’.

¿Son 423.000 euros las po­si­bi­li­dades de España? Toda la prensa eu­ropea se ha ce­bado y aver­gon­zado no sólo a España, sino tam­bién a Noruega y Luxemburgo, con el dato lla­ma­tivo y es­tri­dente de que entre los tres han apor­tado al fondo mun­dial de la ONU menos que Ikea, que ha com­pro­me­tido por en­cima de cinco mi­llo­nes. Y menos que Mark Zuckerber, que ha do­nado 25 mi­llones de dó­lares al Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU. Y mucho menos que la Fundación Melinda y Bill Gates, que va por los 38 mi­llo­nes.

España, Noruega y Luxemburgo no son los únicos re­mo­lo­nes. La ONU ha pe­dido mil mi­llones de dó­lares y to­davía no se han cu­bierto. EEUU ha am­pliado sus do­na­ciones a 500 mi­llo­nes. El resto del mundo anda por los 388 mi­llones en to­tal. Como sub­raya este martes Stephanie Strom en The New York Times, el goteo no ya de di­nero pú­blico, sino de do­na­ciones pri­va­das, está siendo mucho más lento que en otras ca­la­mi­dades mun­diales desde el ataque a las Torres Gemelas en 2001: el tsu­nami en el Océano Índico en 2004, el de­vas­tador te­rre­moto de Haití en 2010, el otro te­rrible tsuanmi en Japón en 2011...

El primer mi­nistro bri­tá­nico David Cameron pre­tende que Europa por sí misma aporte mil mi­llo­nes. Ha es­crito una carta a los di­ri­gentes de 27 países para que se ras­quen más el bol­si­llo. Es su lado ge­ne­roso. El menos amable es el de su cru­zada para frenar la in­mi­gra­ción de jó­venes eu­ro­peos al Reino Unido, lo que rom­pería el prin­cipio de la libre cir­cu­la­ción.

Pero sí, los mi­nis­tros de Exteriores de la UE han hecho un lla­ma­miento a todos para ‘aumentar el es­fuerzo’ para lu­char contra una epi­demia cuya ex­ten­sión tiene ca­rácter ‘exponencial’.En la cumbre de estos pró­ximos días se nom­brará un ‘zar’ eu­ropeo para el ébola, como Ron Klain en EEUU y Soraya Sáenz de Santamaría en España.

Pese a las buenas no­ti­cias sobre Teresa Romero, que ce­le­bran en Europa, ningún país está se­guro. Lo dice el ti­tular de la di­plo­macia ale­mana, Frank-Walter Steinmeier, al co­mentar el po­sible envío a África de una ‘misión ci­vil’ de la UE: ‘Esto ser­viría de pla­ta­forma’ para que los di­versos países en­viaran mé­dicos y per­sonal sa­ni­ta­rio. Porque ‘si no ac­tua­mos, las con­se­cuen­cias se­rían in­cal­cu­la­bles, in­cluso para Alemania’.