Nos sale por las orejas

Por ahí le sale ya la corrupción a este país, por las orejas. Todo lo que está ocurriendo es lamentable, patético, bochornoso…la ristra de descalificativos la podríamos llevar al infinito y posiblemente nos quedaríamos cortos. La última operación desarrollada por la Guardia Civil, que ha destapado la trama delictiva del 3% madrileño en la que está implicado el ex número dos de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, se ha resuelto con más de medio centenar de imputados, elevando el nivel de insolencia que creíamos imposible de sobrepasar.

La corrupción, que afecta particularmente en este momento al Partido Popular, se sostiene en el tiempo ante la perplejidad de la sociedad española aunque en medio de todo este tormentoso lodazal haya quién todavía no parezca enterarse.

Entre ellos, encontramos al presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, que asegura que el número de dirigentes del PP imputados o implicados en diferentes casos de corrupción "no es excesivo" en relación con los muchos responsables políticos que tiene su partido. ¿Cuántos implicados, qué número, en todo caso, sería según él la gota que colmaría el vaso? ¿No está ya el vaso rebosando desde hace demasiado tiempo?

Entre tanto, Esperanza Aguirre se confiesa avergonzada y en una rueda de prensa de urgencia dice que asume su responsabilidad en el nombramiento de Granados pero no da ni un paso más allá.

Aguirre, imputada por huir de unos agentes que la multaron por una infracción de tráfico, no cree, sin embargo, que ella misma tenga que dimitir o dar explicaciones sobre los supuestos pagos en B de la sede del PP que apunta el juez Ruz. 

Y ahí seguimos, en ese continuo amago; en el ‘postureo’ permanente, en una huida hacia adelante en la que el principal actor, el presidente del Gobierno y máximo dirigente del PP, solo alcanza a pedir perdón sin aclarar si alguien en el PP va a asumir alguna responsabilidad.