La Constitución de 1978 es la Constitución de TODOS. Es fruto de la concordia y la reconciliación entre españoles que tuvo lugar durante nuestra transición y que se expresó en la Constitución. Abrió y hay que decirlo con claridad y con rotundidad, el mayor período de la historia de España con democracia, libertad y bienestar. Nunca antes los españoles habíamos tenido tanta libertad, ni habíamos tenido mejor amparados y protegidos nuestros derechos y libertades.
Hay algo fundamental en nuestra Constitución del 78 que la diferencia de todas las Constituciones de la historia política española. Es la primera Constitución que una parte del país no impuso a la otra parte y por primera vez se logra algo muy importante, y poco frecuente, que a pesar de profundas diferencias, todos los partidos políticos se pusieron de acuerdo y participaron en su elaboración y en su aprobación. La Constitución del 78 es fruto de un Gran Pacto Político, el Pacto de la Transición.
Este es el gran valor de nuestra Constitución, porque en nuestra historia política y constitucional lo que pasaba era que siempre unos imponían a otros sus reglas, sus principios, su Constitución la izquierda a la derecha, o la derecha a la izquierda, conduciendo finalmente al más triste drama de nuestra historia común, a una guerra civil. Aprendimos la lección y los protagonistas de la Transición española, lograron ese gran Pacto y un consenso muy amplio.
España es un gran país. Un país muy importante. La nación más antigua de Europa. Un país que en los últimos 40 años está entre los cuatro países del mundo en los que más ha crecido la renta per cápita y el PIB. Es un país que tiene uno de los mejores Sistemas de Bienestar del mundo: Educación, Sanidad y pensiones. Recibimos 60 millones de turistas cada año. Tenemos uno de los idiomas más hablados del mundo. Nuestras empresas construyen grandes Infraestructuras por países muy diversos: canal de Panamá, AVE La Meca-Medina, obras en EE.UU, en el Reino Unido… Y también en un país en el que las Instituciones funcionan. Con todos sus fallos si se quiere pero funcionan…
Y a todo esto ha contribuido sin duda nuestra Constitución. Una Constitución que nos ha dado la estabilidad política e institucional necesaria para hacer posible el proyecto español de los últimos treinta y cinco años.
En este tiempo los españoles hemos pasado de una dictadura a una democracia consolidada; hemos canalizado las tensiones territoriales logrando que las fuerzas nacionalistas participen en la gobernación del Estado y que los partidos constitucionalistas colaboren en la gobernación de comunidades dirigidas por nacionalistas, aunque ahora algunos intentan romper y acabar con España. Hemos superado con entereza y determinación la lacra del terrorismo hasta vencerlo democráticamente; hemos ingresado en las instituciones europeas. Hemos adaptado eficazmente nuestra economía y nuestras instituciones a las europeas hasta formar parte del euro. Hemos desarrollado un Estado de bienestar basado en servicios públicos de gran calidad, como la sanidad. Un sistema público de pensiones de los mejores del mundo. Logros deportivos, la expansión de nuestra lengua común, el desarrollo de nuestras infraestructuras. Hoy tenemos un mejor conocimiento de nuestro pasado y existen unos referentes sólidos que conforman la idea de España para una gran mayoría de españoles.
Nuestra Constitución, insisto, es el pilar sobre el que se sustentan las bases de nuestra democracia, la razón principal de nuestro progreso y la mejor garantía para la convivencia presente y futura y por eso cuando se cumplen 36 años de su aprobación, desde el PP queremos reivindicar su vigencia.
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