La Junta de Andalucía vuelve a demostrar que el ridículo no tiene límites cuando la inoperancia se ha instalado para quedarse. Si no fuera porque se ha jugado con los sentimientos de las familias, el proceso de exhumación de los restos de represaliados de la Guerra Civil en el cementerio de San José que ha llevado a cabo la Dirección General de Memoria Democrática sería para morirse, pero de risa. Después de siete años de sesudas investigaciones, sondeos, catas y el correspondiente desparrame mediático, los bien remunerados responsables de la denominada Memoria Democrática han acabado reconociendo, por la vía de los hechos consumados, que las fosas encontradas y a las que llegaron incluso a colocar la bandera republicana no eran las que buscaban. Pero lejos de reconocer su responsabilidad y de pedir perdón a las familias, en su línea de escurrir el bulto han buscado un culpable: el Ayuntamiento de la capital, ¡como no!, al que el portavoz de la Oficina de Vicepresidencia de la Junta en Almería, Rafael Salazar, ‘chiringuito’ montado por IU para justificar un cargo digital, acusa de destruir las pruebas de los crímenes franquistas. Estamos acostumbrados a que en la Junta no asuma nadie responsabilidades, pero lo grave e indignante es que sabían que no iban a encontrar lo que buscaban, como así se recoge en la propia web de la Junta, donde hay colgado desde hace dos años un documento en el que se reconoce que no se sabe con exactitud dónde pueden encontrarse las fosas porque en la posguerra hubo varios traslados. A pesar de ello, continuaron jugando con la sensibilidad y las ilusiones de unas familias que ahora, lógicamente, se sienten defraudadas. ¡Con lo fácil que sería reconocer que se han equivocado y pedir disculpas! La cuestión ahora es saber qué va a hacer la Junta. Si es una cuestión de justicia social, como han venido asegurando, deberían continuar con las investigaciones. Pero si lo que pretendían era buscar una rentabilidad política probablemente den carpetazo al asunto y a otra cosa después de la chapuza que han hecho.
Desde el Ayuntamiento les pedimos que intenten recuperar los restos que buscaban. Y puestos a pedir, también le pedimos al señor Salazar que dé paso a otro por su incapacidad demostrada y por haber afirmado a un grupo de estudiantes de un instituto de Huércal de Almería que la Constitución es una “mierda”. Pues gracias a ella hoy disfrutamos de democracia y libertad, que no se le olvide.
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