Susana Díaz y su corte en La Alcazaba

En su línea habitual, nuestras esperanzas volverán a esfumarse en humo anunciando la nada

Carlos Sánchez
23:07 • 26 dic. 2014

Ya está aquí. Ya llegó. La presidenta Susana Díaz, al son de trompetas y fanfarria, arropada por el “corten” y la corte de los suyos, anunciará la buena nueva esta año desde nuestra querida y olvidada Alcazaba. Digna su presencia nuestra ciudad, tan olvidada por Susana como nuestro insigne monumento, desde donde pronunciará este año su discurso de Navidad. ¿Qué esperamos los almerienses de esta visita? Poco o nada. En su línea habitual, nuestras esperanzas volverán a esfumarse en humo anunciando la nada. Esa realidad a la que esta ciudad y esta provincia están más que abonadas de la mano de un gobierno que profesa cariño pero que vuelve a olvidar los cuartos en forma de aguinaldo.


Quizá su presencia, elevada en la atalaya de las murallas de nuestra Alcazaba, le sirva para abochornarse y avergonzarse ante el trato que profesa a esta ciudad. Podrá otear el horizonte y seguir contemplando a San Cristóbal, esperando el maná de las inversiones prometidas, desde hace décadas, y que siguen sin llegar. Podrá girar la vista hacia Pescadería y La Chanca y comprobar que el paso del tiempo sólo ha servido para ahondar la dejadez y el olvido con el que han castigado, antes y también ahora, estos barrios los presidentes socialistas que han ido pasando por la Junta de Andalucía, presumiendo y abanderando medidas y políticas sociales que se quedan en el tintero. Y podrá mirar hacia nuestro Casco Histórico, donde sólo el empeño y la gestión municipal contribuyen a su dinamización y rehabilitación. Y no podrá esconderse ante nuestra Plaza Vieja, retorcida de dolor por el desplante que los gobiernos socialistas han infligido con años de abandono.


No esperan nada de Susana. Si algo llega, promesas intangibles, un poco de postureo y mucho de marketing, el mismo que viene acompañando su gestión al frente de la Junta. Los almerienses sabemos el escaso recorrido de sus promesas. Aunque no cejaremos, también en Navidad, exigiendo de la Junta de Andalucía el cumplimiento de sus compromisos. Tan sencillo como eso. Feliz Navidad, Susana.







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