Que las cosas sean como las deseas

En estos días, nuestra mente se llena de deseos y se colapsa WhatsApp de las mejores intenciones para 2015; yo, por mi parte, que en estas fechas me gusta filosofar ante la inevitable acumulación de años, no puedo dejar de recordar a Séneca cuando decía que “Los deseos de nuestra vida forman una cadena cuyos eslabones son las esperanzas” Este año que comenzamos viene marcado por la esperanza, la que muchos perdieron y no ven cómo reencontrarse con ella; minada por algunos políticos, sindicatos, banqueros, Iglesia o medios de comunicación, hay mucha gente que no tiene esperanza que hile sus deseos, por más que de Guindos quiera vendernos la moto de lo contrario.

Y es normal, la pérdida de trabajo, de prestaciones sociales, de derechos fundamentales,…, de vida, en definitiva, te llevan a la desesperanza.

Almería, por otro lado, ha perdido la esperanza de desarrollo económico para una década por la inacción de Rajoy, con avance o en infraestructuras vitales como el AVE, a pesar de haber prometido que licitaría en 2014 el tramo entre Pulpí y Cuevas, otra mentira más.

Estamos ante el momento de tomar el deseo como  nos lo planteaba Aristóteles, como la única fuerza motriz, y así conseguir poner los pilares para avanzar en otra dirección. 2015 nos dará la oportunidad de quitar del sillón a un decadente alcalde de Almería y a todo su séquito de meros gallitos incompetentes, y a tantos otros alcaldes de la provincia que miran por sus intereses y no por los de sus vecinos. Podremos así ver funcionar de verdad la Diputación provincial y que no sea un cortijo con un imputado presidiéndola. Pero este año también está en nuestras manos ver fuera de Moncloa a Rajoy, quien ha mentido y estrujado a los de siempre, tratando de que cale en nosotros la máxima propuesta por el filósofo Epicteto “No pretendas que las cosas sean como las deseas; deséalas como son.”, pues se equivoca, en democracia, las cosas son como las deseemos la mayoría.