Tras las vacaciones, el tema más comentado en redes han sido las campanadas desde Almería. Alguien ha comentado en los “guasas” que no es para empezar el año cabreado. Debe ser un santo el que así piensa y subido en algún altar debe estar el hombre. Mi amiga Trini se pasó más de media hora contando y metiendo las dichosas uvas en sus bolsitas de plástico. Más de veinte. ¿Y pa qué? Pa na, pues llegaron los chicos del canalillo y nos fastidiaron las campanadas. Estábamos orgullosos los almerienses de que Almería fuera la protagonista de la última noche del año en televisión, que abandonamos la Puerta del Sol para vivir desde la Plaza de la Catedral ese momento. ¿Y pa qué? Pa na, llegaron los chicos del canalillo y nos hicieron la puñeta con el café y el Jerez. ¿Cómo puñetas no estar enfadados si nos dejaron con las uvas en la mano y la ilusión por el suelo a los 20 ciudadanos almerienses que nos habíamos reunido en Terque por Nochevieja? Si cuando volvimos a la Puerta del Sol en un intento de buscar lo que habíamos perdido el año ya desbordaba vino espumoso por las cuatro esquinas del país.
No era cuestión de echar la culpa a Encarni, la sobrina, ella fue la que dijo lo de ver las campanadas en Canal Sur por aquello de la plaza de la Catedral, no le teníamos que haber hecho caso. Apenada estaba después ante el desaguisado al ver todas las bolsitas de uvas abiertas y sin consumir y nuestras caras de asombro y disgusto ante lo ocurrido. Olvidado queda. Pero, porfa, que no quieran en desagravio con nosotros volver el año próximo, perdonados están, pero juro ante dios que no volveré a comerme las uvas con ellos nunca más, que retornaré con la primera, con Anne y con Sandeman, el de la capa, por mucho que se empeñen, aunque sea mi nieto el que se encabezone.
No debería uno cabrearse en noche tan importante por una tontería así, es cierto. Al fin y al cabo ¿qué importancia tiene reunirse a tomar las uvas una vez al año? Ninguna. Que no se las pudo tomar, tampoco es para tanto hombre de dios, con las hambres que se están pasando en el mundo. El año que viene lo repite, no ponga Canal Sur por si acaso, y como si nada hubiera ocurrido en este. Viva el año nuevo, la alegría de recibirlo y el trabajo bien hecho en la tele. Y suerte, que el año va a ser muy duro para algún político.
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