El PP de Almería pone a Carmen Crespo para liderar candidatura

Juan Torrijos
01:00 • 10 feb. 2015

Tras la renuncia del campeón Javier Arenas a presentarse a las autonómicas (su gran historia negra con la política) Gabriel Amat se reunía con Carmen Crespo para hablar del sustituto o sustituta. Y todo apuntaba, como así ha sido, a que el nombre de la ex–alcaldesa de Adra estaba sobre la mesa como posible cabeza de lista por Almería. Carmen ha aceptado ir a las elecciones de Andalucía ¿y por qué? Hay que pensar que muy mal le deben ir los sondeos al PP de cara a las nacionales cuando se empiezan a cambiar los puestos dados a dedo por los de elección, Carmen Crespo el más conocido por ahora en nuestra provincia. También ha corrido el rumor en estos años de que Carmen no se encontraba feliz en la tierra de María Santísima, y eso que el cargo político de Carmen en Sevilla, como representante del gobierno central es uno de los más atractivos para cualquier político: estás en la Crème de la crème de la Andalucía más política y sonora, pero se podría apuntar que las dos personas vinculadas con Almería y que en ese puesto han estado no se han sentido satisfechas del todo. Tomás Azorín se volvió a la presidencia de la diputación y Carmen parece que buscaba volver a vivir en su terruño marino de Adra.  


Los almerienses que tienen contactos con ella en Sevilla son conocedores de que la paisana no se ha sentido todo lo contenta que a ella le hubiera gustado, y no es por el trabajo político a realizar, por muy complicado que éste sea, donde Carmen sabe superar y superarse ante los enemigos y las rivalidades. Ella es una política más cercana y le ha faltado esa cercanía. Más de una sorpresa se llevarían algunos ciudadanos si conocieran las relaciones de políticos y sindicalista almerienses de distinto signo ideológico con la delegada del gobierno. Algún rumor ha surgido en las orillas del Guadalquivir sobre este clan almeriense donde ha primado la unión y la cercanía de la tierra por encima de ideologías o intereses partidistas. Si siempre fuera así. Algo me dice que Carmen Crespo se ha cansado de vivir en Sevilla. Tiene la espinita de la diputación grabada en el corazón, a la que algún día le encantaría volver como Tomás Azorín, pero mientras no está mal regresar a casa. La presidencia de la Diputación puede esperar cuatro años. Es aún una mujer joven y con mucho futuro político por delante. 







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