No entiendo que países que saben muy bien lo que es el agobio económico sean tan duros y tan exigentes con Grecia. Irlanda, España y Portugal son ahora ejemplos de lo que decimos. Los bancos son los bancos, dicen, y las deudas hay que pagarlas, no faltaría más. Aún más intolerante resulta Alemania cuyo milagro alemán empezó precisamente después de que los aliados le condonaran muchísimos millones. A los ricos de hoy yo les haría que pasaran por la experiencia atroz de un desahucio. Quizá entonces se ablandaran buscando como compensación alguna otra salida pactada menos inhumana. Hoy el drama lo tenemos en Aguadulce. Como dice el presidente de la Asociación -Las Colinas- este caso se veía venir es uno de los mejores ejemplos de lo que está pasando a nivel nacional. Básicamente el drama comienza así: usted necesita una vivienda. Con muchos sudores y sacrificios conjunta sus ahorros y compra una casita en alguna urbanización de las más baratas pero con nombre ensoñador tipo el “Mirador del Sur” o “El paraíso en la tierra”, lindezas literarias de esta jaez. Al poco tiempo de vivir allí tan felizmente descubre usted que le han timado como a un tonto del haba. La casa no era del promotor sino de un banco que la tiene embargada. Aquí empieza el llanto y crujir de dientes. No pregunte usted por qué allí no aparece ningún empleado para arreglar las calles. Usted sigue sin explicarse la pasividad de las administraciones y sobre todo del Ayuntamiento. Ah, pero eso no es todavía lo peor. Lo digno de Sófocles es cuando aparecen en el barrio unos policías con la carta de desahucio. Imaginen a la familia sin saber qué llevarse. Esas cosas íntimas a las que uno tiene cariño, bien sea por los buenos recuerdos, o bien sea por lo que valen simbólicamente, ya no hay dónce ponerlas. Hay desahucios en los acude en su defensa la Plataforma de afectados por los Hipoteca y también algunos vecinos que no pueden comprender este trance, pero la mayoría de ellos trascurren en la más estricta soledad municipal. “Dura est lex, sed lex”. Aquí me gustaría ver a algunos evasores de Hacienda, con dinero en Suiza, a los cuales Montoro concedió una especie de amnistía fiscal. La Plataforma de afectados por Hipoteca habla del doble rasero de algunos bancos cuando perdonan deuda a promotres y en cambio les echan la mano al cuello de las familias pobres.
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