El plan de la Junta de puertas y ventanas, gestionado por Cajamar

Juan Torrijos
19:05 • 24 feb. 2015

Me parece de perlas que Cajamar gestione este plan de la Junta. Si ello hubiera ocurrido el año pasado, las pequeñas empresas almerienses habrían cobrado en tiempo y forma. Por cierto: ¿Han cobrado? Alguna me asegura que lleva esperando desde junio de 2014. No dude que con Cajamar lo habrían hecho. Yo le pediría a la señora presidenta, doña Susana Díaz, que lo mismo hiciera con el resto de los planes que presenta a ayuntamientos y diputaciones de la comunidad y que al final se convierten en problemas para los ciudadanos y las empresas a la hora del cobro. Por lo menos si la gestión está en manos de Cajamar ellos y ellas tienen la seguridad de que van a cobrar, y nosotros de que se va a llevar a cabo una gestión mucho más eficaz que si lo hacen unos políticos a los que parece importarles muy poco el compromiso y el dinero público. No sé cómo ha conseguido doña Susana que Cajamar se haga cargo del pago y la gestión. El embolao es de campeonato, pero…qué son cincuenta millones para la entidad ahorradora.


Estoy seguro de que si la gestión de la Escuela del Mármol de Fines estuviera gestionada por Cajamar los trabajadores no llevarían catorce meses sin cobrar y la Sevillana de electricidad no les habría cortado la luz por falta de pago. ¿Y si cambiáramos a todas las administraciones y sus políticos por Cajamar? Seguro que saldríamos ganando los ciudadanos. No se enfaden conmigo los grandes defensores de lo público, no soy yo el que propone que Cajamar gestione planes de la Junta como el de las puertas y ventanas, es la sultana de Triana la que lo hace. Si ustedes creen que es poner en manos del gran capital y de la banca la gestión de los dineros públicos a ella se deben quejar y no a mí. Lo cierto es que, tras la administración que los políticos han hecho del dinero público de la Junta, estarían mejor nuestros euros en manos de Cajamar. 


Lo mismo no existían los eres, los cursos, las marismas, los impagos y tantas otras trapisondas donde los unos y los otros han metido las manos. Hasta tendríamos cucharas en los consultorios de salud para que los ciudadanos no tuvieran que acudir con la suya de sopera para que el médico les viera la garganta. Por cierto, me cuentan que bronca gorda recibió el doctor que se atrevió a poner el cartel de la cuchara en Macael. 







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