No puedo negar que me repugna esa derecha prepotente que descalifica a todo el que no piensa como ella. Sin el pensamiento de izquierdas, la humanidad aún tendría vigentes, entre otros primitivos arcaísmos, a la esclavitud y al derecho de pernada. Lo que pasa es que la izquierda no dispone de grandes rotativos ni de jueces del Supremo con cuota en el partido ni grandes bancos. Por eso cuando los conservadores vislumbran en el horizonte algún movimiento discrepante, el miedo a perder el jamón que llevan debajo del brazo les fuerza a la descalificación pretoriana del adversario. Ya se sabe, el candidato del puño es un muerto hambre, un disminuido friki aunque sea doctor en económicas y haya conseguido su cargo a través en una primaras democráticas que la derecha no conoce ni por el forro. Me estoy refiriendo, lo sospechan, a las descalificaciones excesivas de Rajoy contra Pedro Sánchez: “Váyase usted y aquí y no vuelva. Usted no tiene talla para presidente. Su discurso es patético”. O sea, de elegancia parlamentaria por parte del actual ocupante de la Moncloa, cero patatero, (le robo el adjetivo al inefable Aznar. amigo de Chávez). Dicen que durante las jornadas sobre el Estado de la Nación, Rajoy pensaba más en Podemos que en el PSOE. Dicen también que esta era la última sesión de la actual legislatura y del bipartidismo vigente. De ahí que el pensamiento del presidente gravitara más sobre las soluciones “mágicas” de Pablo Iglesias. Con ello mataba dos pájaros de un tiro. De un lado se sacudía las aspiraciones “sin porvenir” de Pedro Sánchez y de otro le metía la escoba a los principios doctrinarios y vagos de la segunda fuerza nacional en el tablero político. Pero, a lo que parece, Rajoy tiene para rato: Lo primero que han pedido los inquietos jóvenes de la coleta es otro Estadio de la Nación. Si se celebrara antes de las elecciones generales, al PP le dirían lo que todavía no ha oído porque “el verdadero debate está en la calle”. Claro que más improperios que los que aparecen en las pancartas por las calles de toda España ya no caben. El PP se hace el sordo y lo más que hace es reforzar la leyes de seguridad, por si acaso. ¿No querían ustedes un país donde hubiera algo interesante que ver en la televisión? Pues ahí tienen la tragedia griega de los desahucios, guardias heridos y ciudadanos arrastrados por el suelo como si fueran objetos inservibles en la trastera de los bancos.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/77614/descalificaciones
Temas relacionados
-
PP
-
Desahucios
-
Televisión
-
Pedro Sánchez
-
PSOE
-
Ley
-
Medios de comunicación
-
Elecciones
-
Pablo Iglesias
-
Bancos