Aquí la Tierra

Los parados de larga duración están sufriendo uno de los efectos más perniciosos de esta crisis. A la imposibilidad de encontrar un trabajo, se une la terrible realidad a la que se están enfrentando muchas de estas personas: una tras otra están agotando las prestaciones por desempleo en medio, ya se lo pueden imaginar, de una enorme desesperación.

Por ahí se entiende una de las razones del desplome que se ha producido en las ayudas que reciben. El Gobierno de Rajoy, que reformó el sistema hace dos años para, entre otras cosas, recortar la protección de los parados, ha abandonado ya por el camino a miles de hombres y mujeres que directamente han dejado de contar para el Estado.

La tasa de cobertura ha ido cayendo en picado en nuestra provincia hasta tal punto que, según las cifras que ha publicado el propio Ministerio de Empleo, prácticamente la mitad de los parados inscritos en Almería no perciben ninguna prestación, y los que aún la reciben ingresan 747 euros de media al mes con tendencia a empeorar. 

En ese escenario en el que nos encontramos, los datos del paro del mes de febrero nos han dejado más de un centenar de nuevos desempleados y la sensación de que el Ejecutivo de Rajoy cada vez que habla sobre este asunto lo hace para alguna lejana civilización extraterrestre, pintando con los colores de la primavera las previsiones económicas. 

Aquí, en la Tierra, el invierno aún no se ha marchado a pesar de que las temperaturas sean más cálidas de lo habitual. En esta región del planeta la economía familiar sigue helada y los parados y paradas necesitan más que nunca el abrigo del Gobierno. 

Este es el momento, el tiempo en el que los más de 37.500 parados sin prestaciones de la provincia tienen que sentir que su proyecto de vida puede seguir adelante. Tienen que ver que no se les quiebran las oportunidades, que pueden mantener la esperanza…pero, sobre todo, tienen que sentir que cuentan.