La dendrofobia se define “como un persistente, anormal e injustificado miedo a los árboles. Quienes padecen de esta condición temen a los árboles y a todo lo que se relaciona con ellos: las hojas, las ramas, etc.; y su terapia consiste, naturalmente, en afrontar los propios temores”.
Celia Viñas, en su poema “Un árbol” dice: “Todos mis sueños/ pájaros en vuelo/ sobre los pinos futuros/ y ciertos/ de tus bosques del mañana, mi Almería”. Sus versos anhelan un futuro con árboles para la ciudad. Celia estaba conectada con ellos y sabía que a mayor número de árboles hay más futuro para esa civilización; y que las personas que en ella habitan son más felices. La importancia de los árboles en las ciudades ya es indiscutible. Las ciudades, cada vez más pobladas, necesitan árboles para mejorar el medio ambiente, la economía y la salud de sus habitantes. Por tanto, los habitantes de las ciudades debemos de reclamar más árboles, como hace Celia Viñas en su poema. Los árboles disminuyen la contaminación y mejoran la salud de la ciudadanía. Los árboles mejoran la calidad del aire con su aporte de oxígeno y humedad, reduciendo además la contaminación urbana, porque atrapan y eliminan las partículas en suspensión. Por ejemplo, especies como el Tilo plateado, que tiene vello en las hojas, son más eficaces para atrapar las partículas pequeñas, que son las más perjudiciales para la salud. Reducen los casos de asma y de alergias. Además, los árboles sirven de pantalla acústica ya que absorben y bloquean el ruido que se produce en las zonas urbanas. Proporcionan lugares más agradables, por lo que también producen efectos positivos psicológicos. Ayudan a ahorrar energía, ya que los árboles evaporan agua, ofrecen sombra y regulan así la temperatura de su entorno; en nuestras latitudes la temperatura puede disminuir bajo la copa de los árboles 10º C. Al ser también cortavientos ayudan a producir una sensación menor de frío, por tanto también ayudan a reducir el gasto en calefacción. Revalorizan las viviendas y las ciudades; según el portal TreeHugger calcula que una vivienda con árboles aumenta entre un 10-23% su valor económico, y las ciudades con mayor arbolado son más atractivas para el turismo y las empresas. Combaten el efecto invernadero de la atmósfera atrapando las moléculas de dióxido de carbono; un estudio de la Universidad de Sevilla concluye que árboles como el limonero, naranjo amargo, quejigo y el laurel son los que más moléculas atrapan. Los árboles ofrecen cobijo y alimento a numerosas especies animales y vegetales, por lo que aumenta la biodiversidad en las ciudades, con todos los beneficios que esto conlleva. Los árboles conservan la calidad del entorno, puesto que producen materia orgánica por la caída de sus hojas, y permeabilizan el suelo por el crecimiento de sus raíces, disminuyendo, por tanto, la erosión del suelo.
Pero plantar árboles en la ciudad sin un Plan de Arbolado Urbano, sin planificación, sin preparar el suelo, sin la adecuada selección de especies, etc. trae consigo que la ciudad sea un páramo sin sombras, que los árboles se encuentren débiles y enfermos, que estén mal anclados al suelo, que dañen el mobiliario urbano y que su mantenimiento sea más costoso.
El árbol, en esta tierra exhausta, representa la grandeza de la Naturaleza y el porvenir de sus habitantes. El árbol es la vida que de ella se nutre y que en ella crece. Es el santuario en el que late la vida y el mañana de esta ciudad yerma a la que amaba Celia Viñas. Ella era sabia porque sabía que un futuro con árboles es un futuro más feliz para todos los seres que moran en la ciudad.
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