Los múltiples casos de corrupción, unidos a la extensión y dureza de la crisis, nos han llevado a sentirnos asfixiados y a buscar por doquier aire limpio que renueve nuestros pulmones. Ahora sí que hemos tocado fondo y se ha provocado una reacción social buscando higiene democrática. Por eso, y a pesar de que son ellos los que fueron capaces antaño de sacar a este país de una dictadura para conducirlo por vías democráticas hacia los mejores años de nuestra historia, hoy, producto de sus propios errores, han vivido lejos de la realidad ignorando a todos los que formamos eso que se llama pueblo español. Sí, el bipartidismo está herido de muerte y, con ello, toda esa manera de hacer política sin escrúpulos y a base de aprovecharse de los ciudadanos llevándose el dinero que hemos conseguido fruto del trabajo diario. Llevamos un tiempo votando, en las distintas citas electorales, con la nariz tapada y con la sensación de que un conjunto de sinvergüenzas nos van a engañar una legislatura más. Tanto el PP como el PSOE están metidos de lleno en una encrucijada histórica que anuncia un nuevo tiempo y, o lo ven reaccionando rápidamente con ejemplos constantes de transparencia y con políticos aptos y honestos, o la democracia puede verse afectada seriamente. Los españoles queremos que la legión de corruptos vaya a la cárcel y devuelvan lo que nos han robado.
El panorama político, como hemos indicado, abre opciones que rompen un bipartidismo que está en crisis. Para evitar la debacle, el PP necesita que los ciudadanos interioricemos que salimos con fuerza de la crisis y que el fraude y la corrupción van desapareciendo. Por otra parte, el PSOE necesita un líder aceptado por todos y, a partir de ahí (contando también con una victoria en Andalucía: ¡Qué hábil la presidenta andaluza convocando antes de que el proceso de división interna de su partido, las dudas de IU, el escaso conocimiento del líder regional del PP y el crecimiento de Podemos le haga más sangre!) intentar reconquistar ese espacio a la izquierda que se va comiendo Podemos. Otro actor va entrando con fuerza en el escenario: se trata de Ciudadanos, una nueva fuerza política que produce buenas sensaciones e introduce cierto oxígeno a la vez que se identifica bastante con el espacio político de Centro. Con respecto al fenómeno Podemos, decir que, aunque es ya una alternativa (aunque se alimenta de la frustración, el desencanto y la desesperación) con gente muy preparada, introduce dudas sobre su modelo de sociedad que puede poner en peligro la libertad de expresión (con esas declaraciones hacia un control de los medios de comunicación que no le satisfagan) o las intensas relaciones con Venezuela y sus dificultades a la hora de condenar el terrorismo de ETA entre otras cuestiones…
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