Un pueblo sabio

Hay que quitarse el sombrero ante la clarividencia del pueblo andaluz que no ha perdido su memoria histórica ni siquiera sumergido en un mar de retórica inútil y huera. Los numerosos viajes del Presidente Rajoy y la romería continua de ministros con sus palmeros y turiferarios de plantilla no fueron bastante para el triunfo del PP en Andalucía. 

Mira que prometieron cosas halagüeñas. Dijeron que iban a crear un millón de puestos de trabajo aunque luego se quedaran en la mitad por creerlo al fin imposible. Argumentaron con el tiempo que el PSOE gobierna Andalucía y dijeron que los socialistas eran incapaces de traer el cambio tranquilo. Hablaron fatalmente de que sin Juan Manuel Moreno no habría jamás solución al paro estratificado ni tampoco estabilidad en el gobierno de la Junta. 

Pues bien. Los votantes han hecho oídos sordos a esta vieja estrategia del miedo (“o nosotros o el caos”) y han elegido a Susana junto a Podemos y a Ciudadanos. El resto se ha hundido en la irrelevancia cuando no en el batacazo. Durante tres años hemos estado viviendo a golpe de decretazos y arrogancias parlamentarias por culpa de la mayoría absoluta. Dijera lo que dijera la oposición ante las alcaldadas del PP, sus diputados se iban a la cafetería del Congreso a tomarse un lingotazo de coñac a la espera de que funcionara la dictadura aritmética. Todo lo demás importaba muy poco. Se acabaron las mayorías absolutas. Ahora en Andalucía sabremos lo que es pactar, dialogar, concertar, hacer encaje de bolillos acerca de los más nimios asuntos. Un pueblo sabio a es aquel que ha sufrido mucho a lo largo de su historia. 

Tres millones de andaluces al borde de la pobreza, paro altísimo, y escasa industria en manos de la oligarquía han terminado por inclinar la balanza hacia un gobierno de izquierdas. Y no hablemos de los que esperan mucho más de la educación pública que de la elitista y concertada, de la sanidad universal y gratuita que de la de pago. Es cierto que pueden surgir problemas, sobre todo si los reaccionarios de siempre no dejan gobernar, La sensatez del pueblo sabio no faltará a la cita.