Cuando en 1920 el teniente coronel Millán Astray redactó el célebre Credo Legionario, seguramente no pensó que uno de sus puntos llegaría a ser fielmente seguido por los partidos políticos casi un siglo después. Creo que, de pensarlo, se habría cortado él mismo la mano. Pero ya me dirán si no hay más bizarra demostración del mismo espíritu de unión y socorro que preconizaba el fiero militar que ver algunas explicaciones que hacen algunos políticos para justificar a sus compañeros señalados por la Justicia. Sin ir más lejos, horas después de la detención de la ex delegada de Empleo, Francisca Laborda, dentro de una operación contra el fraude de los Cursos de Formación, la Ejecutiva del PSOE de Almería emitió un singular comunicado en el que se solidarizaban con la detenida, reconociendo su labor. Los mismos que se lanzan a la bayoneta calada a pedir la dimisión fulminante del primero que pasa por una portada, templaban gaitas en un comunicado-masaje. Aprovechaban para reñir a la juez, Mercedes Alaya, al tiempo que la instruían sobre cómo hacer su trabajo: “El principio de presunción de inocencia habría sido mejor salvaguardado si esta actuación se hubiera desarrollado de otro modo, alejada de procedimientos que generan una alarma social innecesaria.” Llámenme loco, pero creo que la verdadera alarma se genera al comprobar los modos de gestión de la Junta que gobierna el PSOE y en donde es raro el día que no se conozca un nuevo bochorno. Pero ellas y ellos, erre que erre: “A la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.” Pues nada: que a la próxima ejecutiva inviten a un carnero.
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