¿Dónde está el dinero de las no-obras?

Es cierto que la acción de señalar o denunciar la actitud de una determinada administración o partido político lleva implícita la intención de provocar la cólera y la desafección de la gente, para restar así el mayor número posible de apoyos electorales. Naturalmente que no aspiro a descubrirles a estas alturas nada nuevo, y menos en esta prolongada temporada de campaña perpetua y absorbente. Lo que sí haré hoy (tranquilos, restan ya apenas 48 horas) es promover la reflexión desde el punto de vista de la intriga. La imaginación es más importante que la lógica, o al menos eso era lo que pensaba Alfred Hitchcock, cuando nos hacía imaginar el cuchillo antes de verlo rasgando la cortinilla del baño. Por lo tanto, si hablamos de las promesas de la Junta de Andalucía incumplidas, abandonadas y olvidadas en Almería (el instituto de Retamar-El Toyo, el ‘18 de Julio’, los centros de salud de Piedras Redondas o Los Molinos, el hospital Materno-infantil, las obras de la Plaza Vieja, la Alcazaba, el PERI de San Cristóbal, el Cable Inglés, la Casa del Mar en Pescadería, etcétera) olvide ahora la lógica de pensar en el sistemático desprecio a Almería e introduzca un factor nuevo que le propongo: el económico. ¿Sabía usted que para la mayoría de estas obras la Junta anunció en su día que tenía el dinero presupuestado? Ya ven que el asunto cobra un giro argumental lleno de interés, como cuando Janet Leigh huye en el coche con el dinero robado y termina dando con el motel donde acaba dándose su última ducha. No es psicosis contra la Junta de Andalucía, sino simple curiosidad por saber dónde ha ido a parar un dinero (suyo de usted, y mío) que se anunciaba como preparado y listo para destinar a unas obras que a veces ni tan siquiera se iniciaron. ¿Dónde está el dinero que la Junta de Andalucía decía tener presupuestado para esos proyectos? Ahí dejo la pregunta. Y a los que consideren que el argumento es repetitivo, permítanme volver a parafrasear al cineasta británico para decir que el estilo está en plagiarse a uno mismo. Fin.