El paso alegre de la paz

Ahora el ejemplo. Buena parte de los españoles se han inclinado por la izquierda. Cambia el mapa político de esta nación y la vida en bastantes autonomías y ayuntamientos ya no será la misma. Si la izquierda no da ejemplo de buen gobierno, si un militante del PSOE o de Podemos no se comporta distinto a uno del PP, es que no hemos adelantado mucho. Da gusto enterarse de que la posible alcaldesa de Barcelona procede de la lucha contra los desahucios o que una exjuez aglutina con su prestigio de izquierdas a toda la ansiedad revolucionaria madrileña. Ahora solo falta que esto sea verdad. El país aprenderá la diferencia que existe entre izquierda y derecha. Ahora bien, si no somos radicales contra la corrupción, si apetecemos el poder de la misma manera que los grandes familias oligárquicas que tanto nos suenan, si colocamos a los nuestros y dejamos en la cola del INEM a los perdedores de siempre, pronto surgirá la reacción paralizante de los de arriba. Tal como está el sistema en Europa ya no son posibles ni la dictadura del proletariado ni el capitalismo salvaje, por lo tanto hemos de movernos dentro de un paisaje intermedio. Primacía de lo público frente a la privatización del mundo, Educación pública, universal y gratuita, Sanidad para todos. Vivienda, derecho al trabajo, derechos de la mujer, cultura, etcétera. Tras el derrumbe del PP, podemos sopesar mejor el fracaso de la austeridad frente al crecimiento. Rajoy partía de un hecho que parecía irrebatible y es que si estábamos saliendo de la crisis, si la recuperación era un hecho, nada ni nadie arrebataría el poder político a la derecha. Y no ha sido así. El ciudadano se mueve por algo más que por el 2,3 por ciento, y mucho peor si lo que nos prometían a bombo y platillo tampoco era toda la verdad. Ahora también puede darse lo que ya vivimos en los ochenta, que la izquierda llegue a los ayuntamientos y no encuentre un euro en la  caja. Comenzar de este modo ya es un handicap pero la nada debe detener “al paso alegre de la paz” de izquierdas.