Tres mujeres

Kayros
01:00 • 01 jun. 2015

El fin del bipartidismo y de las mayorías absolutas ha creado la necesidad de los pactos por más que durante la campaña electoral todos los partidos dijeran que no se sentarían con nadie. 


Ha habido también otra novedad y es la aparición de unas mujeres del pueblo que parece que vinieran de comprarle el biberón al chiquillo o de asistir a un desahucio.


Si comparamos a Ada Colau, a Manuela Carmela o a Mónica Oltra con algunas de las politícas que conocemos, especialmente con las del PP, nos damos cuenta en seguida que hemos cambiado de modelo. Manuela Carmena enamora porque parece la abuelita que adoramos. Esta mujer sencilla y sabia estuvo a punto de morir en la famosa matanza de Atocha si aquel día de rencor y de locura hubiera asistido como de costumbre al gabinete jurídico. 




Ada Colau, activista de la vivienda para desahuciados, procede  de una coalición, Barcelona en comú que agrupa a Iniciativa, Esquerra Unida y Podemos. Mientras que Mónica Oltra tabaja en Compromís, una formación que ha pasado por  el dolor de tener que vérselas con la corrupción más escandalosa que conocemos. Rajoy reconoce ahora que el batacazo electoral se debe en parte a los medios de comunicación que  se han ensañado con Gúrtel y otras hazañas del dinero podrido.


Más justo sería decir que los escándalos no fueron invención de los medios informativos sino fruto del clima inmoral en que se mueve la gente que rodea al poder. Pero vayamos a estas tres mujeres que, si no ocurre algo extraño, serán con toda justicia las alcaldesas de las tres capitales más complejas de España, o sea Madrid, Barcelona y Valencia. Bien es cierto que no lo tienen tan fácil. 




A la Colau le acaban de subrayar una frase sobre la cual probablemente tendrá que dar más explicaciones. La frase es como sigue: “Si hay que desobedecer las leyes que nos parecen injustas, se desobedecerán”. Pero no sería justo que, por el ruido y la furia de la derecha, se olvidaran otros detalles más éticos.


Por ejemplo, estas tres alcaldesas se han rebajado el sueldo a nivel de pobres. Si lo comparamos con lo que ganan los munícipes salientes.





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