María Muñiz vuelve a  Urbanismo, segundas partes…

Nunca son buenas, dice el viejo refrán. La primera, con Juan Megino en la Alcaldía, el urbanismo era un hervidero de licencias, de estudios, de grúas buscando el cielo de la bahía. Eran tiempos de bonanza, de hipotecas al 120%. Tiempos llenos de horas extras, sueldos a destajo y jamones en las cocinas o bodegas de los ediles de urbanismo. O por lo menos eso se decía. Y para que no faltara nada los convenios casi siempre llevaban el mismo membrete de abogados. 

Hoy las cosas andan algo más complicadas. No se piden tantas licencias, y las que se solicitan lo hacen casi siempre con alguna complicación añadida. Las hipotecas se miran con lupa, las horas extras ya ni se pagan y en cuanto al destajo desapareció del panorama laboral. Con ello desaparecieron bastantes jamones de las cocinas o bodegas de los concejales de urbanismo y el trabajo para los letrados al urbanismo dedicados anda bajo mínimos. 

Es la ley de la crisis económica en la que andamos metidos. Aunque si nos fijamos en el Ayuntamiento de la capital, con todos los ediles liberados y 27 asesores, la crisis parece haber desaparecido.¿Será verdad? Si es así, es de imaginar que volverán las licencias, las horas, grúas y  jamones, y con ellos el trabajo a los despachos particulares. Falta haría, no crean.  

María Muñiz ha cambiado el despacho político por el técnico. Para ella no creo que sea cambio alguno. Si algo lleva dentro es un animal político que va a salir en el despacho que esté, sea éste político o técnico. Cuesta trabajo creer que Fernández-Pacheco va a mandar en el urbanismo almeriense estando de gerente María Muñiz. Por conocimiento urbanístico, por talante político y hasta por dureza personal, María le va a dar sopas con onda al joven “delfín”. Si Luis Rogelio quiere hundir en el ostracismo a un concejal de perfil bajo, como el demostrado hasta ahora por Pacheco, con María al frente de Urbanismo lo tiene “chupao”. ¿No estará buscando Luis que Ramón aprenda la verdad de un Ayuntamiento? Si es así, no ha encontrado mejor maestra en las artes políticas que ella. Si de algo presume María es de conocer todas las sombras que rodean al Ayuntamiento y a sus gestores en las últimas décadas. Estás en las mejores manos. Y ella mandando en el Urbanismo de la capital, una cosa que le encanta.