Diplomacia irrelevante

Kayros
01:00 • 16 jul. 2015

 Nuestra inveterada dificultad para los idiomas, especialmente entre presidentes del Gobierno, nos está jugando malas pasadas en momentos transcendentales. Con unas cuantas frases de manual, de la envergadura de” the taylor is rich”, no vamos a ninguna parte. Rajoy da la sensación de no enterarse de nada en las reuniones del Eurogrupo. A veces le sorprendemos mirando al infinito, mientras sus colegas hablan, sonríen, abrazan, dan besos, huronean, en suma, de un sitio para otro buscándose la vidilla asociativa que conviene a los intereses de sus respectivos países. Ya está dicho que nuestro presidente quería poner una pica en Flandes colocando a Luis de Guindos como presidente del Eurogrupo. Para él esto hubiera sido como un gran espaldarazo a la política españolas de reformas y además la confirmación visible de que De Guindos lo había hecho bien como ministro de economía. No ha sido así. El triunfador fue un señor holandés con un nombre endiablado, Jeroen Dijsselbloem. Nos llegan comentarios de que el ministro contaba con el voto de Angeles Merkel, pero ya es raro que Alemania no fuera aquí como en tantas cosas la voz decisiva. Lo cierto es que De Guindos se queda sin ser presidente de la Eurozona. Y ahora lo que invita a la carcajada es la lucha de cabreros, a pedrada limpia, entre los distintos partidos por el fracaso de Guindos. Como no podía ser de otra manera (el sueldo hay que justificarlo como sea) nuestro ínclito Rafael Hernando culpa a Pedro Sánchez del fracaso de la candidatura. Por contra el portavoz del PSOE en el Congreso afirma que el único responsable es Mariano Rajoy. Quizá no le falte razón al socialista teniendo en cuenta que no se puede andar por Europa como un baúl cerrado sin saber una palabra de inglés. José Luis Centella, de Izquierda Plural, añade otra ramita al incendio y es la sumisión del PP a la política de la Troika y a la Merkel. De poco le ha valido a la hora de obtener la candidatura. Y yo creo que se trata de otra cosa: nuestra diplomacia es irrelevante y si encima no maneja bien los lenguajes pues apaga y vámonos. Han preferido a un continuista y repetidor antes de que triunfara la calva sabia de D Guindos. A ver si aprendemos.







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